03/06/2017
Sección: 
Rauli Cabral Por Rauli Cabral

El HCD demuestra ser distante de la realidad social de la ciudad

Copete: 

Falta de proyectos y debates que son inherentes a la actualidad política, social, económica y cultural de Villa Gesell provocan que la desidia abunde. 

Durante la jornada del martes se conoció que a través de la iniciativa de una docente de la escuela primaria número 1 un grupo de alumnos de tercer año visitaron el recinto del Honorable Concejo Deliberante.

La noticia fue compartida a través de las redes sociales y los medios de comunicación con gran júbilo por parte de los sectores políticos. Los concejales de los diversos bloques también celebraron la iniciativa.

La propuesta, organizada por la docente Laura Beatriz Sasiain, es una gran decisión para tratar que los chicos comprendan un poco más acerca de cuáles son los órganos de gobierno de la ciudad que habitan y cuáles son sus funciones.

Este hecho, intenta sin lugar a dudas que la ciudadanía, y en este caso en particular reflejada en los niños, entiendan un poco más acerca de cómo funciona y cuáles son las obligaciones y responsabilidades del HCD.

Seguramente estos chicos,  con el acompañamiento de su docente, ya deben tenerlo en claro y aprendido.

Al mismo tiempo, esto invita a que los adultos preocupados por la realidad del día a día, la vida política, social, cultural y económica de la ciudad reflexionen sobre este tema y surja una  vieja incógnita:

¿La ciudadanía en general comprende cuáles son las funciones de los ediles y del HCD?

Esta pregunta deriva en otras que tienen que ver ya con el seno del recinto y las funciones de sus actores.

¿Los concejales tienen en claro su rol? ¿Están a la altura de lo que las circunstancias indican? ¿Comprenden y tienen la responsabilidad social y compromiso respecto del lugar que ocupan?  

Para llegar a responder a estas consignas sólo hace falta poder ver y entender la realidad en la cual está sumergida la ciudad. Y, de la cual ellos, los concejales, también son responsables.

A modo introductorio y según se puede interpretar en la carta orgánica de las municipalidades (LOM) el Poder Legislativo es el órgano por excelencia de la democracia en un municipio, ya que en él están representadas las fuerzas políticas que la ciudadanía ha votado y por ello, es en el Concejo donde se expresan las diversas concepciones sobre las funciones del Estado y las políticas que cada cual promueve para la ciudad.

Las fuerzas políticas que se reparten el HCD en Villa Gesell son: la primera minoría a cargo de la Alianza Cambiemos y con la UCR como máximo exponente. El oficialismo del Frente para la Victoria. El justicialismo peronista. El Frente Renovador y UNA. Sin detallar nombres propios la composición del HCD es ampliamente democrática ya que ninguna fuerza puede tener, traccionar o alcanzar la mayoría propia hecho que debería recaer en los acuerdos, negociaciones o consensos.

Consenso y acuerdo son palabras que se escuchan asiduamente durante las sesiones del HCD pero que sin embargo en la práctica poco se ven reflejadas y mucho menos sus resultados.

Ahora bien, y nuevamente a modo de interrogante. Cualquier ciudadano podría preguntarse 

¿Qué proyecto ha sido aprobado en el HCD, que haya sido votado por todos los bloques, y que haya permitido mejoras en la calidad de vida de los geselinos? 

Tal vez esta pregunta no tenga respuesta, aún.

El Concejo Deliberante es un organismo público, abierto a la participación comunitaria donde ingresan por Mesa de Entradas, proyectos presentados por los Bloques Políticos, por el Departamento Ejecutivo Municipal, por entidades y vecinos del distrito.

Nuevamente nace un interrogante. ¿Qué proyectos o propuestas de los ediles conoce o es participe el universo de la ciudadanía? En este caso puntual, a veces y es en las menores de las oportunidades quienes más participación activa tienen como actores sociales, que interfieren en el remanso letargo de los concejales, son las organizaciones ambientalistas o los vecinos organizados que tienen un reclamo puntual y que a través de la presión pública que ejercen logran que los ediles muevan un poco sus voluntades.

En el caso de aquellos vecinos que actúan de forma individual pocas veces o casi nunca llegan a poder mover ni un ápice la inquietud de voluntad de los atornillados concejales.

La función más importante del Concejo Deliberante, viene dada por su propia definición, y es ser los sentidos de la ciudadanía; es la vía de entrada para la expresión de necesidades, demandas y propuestas por parte de los ciudadanos dado que en él están representadas las diferentes opiniones de la comunidad.

Dentro de las facultades inherentes a los concejales se encuentra la de deliberar y dictar ordenanzas que hacen al interés público.

En este último párrafo, que indica parte de las obligaciones de los ediles que representan a los ciudadanos,  es trabajar en pos del “interés público” y que deben “ser los sentidos de la ciudadanía”. Cabe preguntarse, qué entienden los concejales de esta definición. Y si la entienden ¿cómo la llevan a la práctica?

Indudablemente hay un desfasaje entre los intereses de los concejales y los de la población. El resultado está a la vista. En primera instancia, el cuerpo legislativo un órgano que el grueso de la población contempla como algo lejano.

Si parte de las funciones de los ediles son: “representar” velar por el “interés público”, “expresar las necesidades, demandas y propuestas” hay que preguntarse si esto realmente se cumple.

Hoy por hoy, se ve a un cuerpo deliberativo más preocupado por debatir sobre egos y protagonismos frente a  las cámaras de televisión que por brindar respuestas, propuestas y proyectos a las necesidades de la ciudad.

En ese aspecto, los ediles llevan a la práctica la mediocridad política. No hay ideas y proyectos que busquen dar respuestas a las necesidades y problemáticas sociales y económicas de quienes habitan la ciudad.

Pareciera que los concejales no pueden ver más allá de la burbuja del ego que se empaña con su propia respiración y no les permite entender la realidad de una ciudad que sufrió una mala temporada, que tiene cada vez más desempleo, con problemas sociales, de seguridad y salud cada vez más profundas y agudas que complejizan la actualidad.

La ciudad está desbastada. Más allá de las sudestadas, vientos y tormentas, Villa Gesell tiene poco margen para resurgir y salir de los problemas estructurales que la aquejan.  Sobre todo si no se cambia la concepción de cómo se entiende y se ejecutan las decisiones políticas.

El HCD debe cumplir también el rol de ser un órgano colegiado de control y fiscalizador del Ejecutivo Municipal y confirmar que las sanciones que se den en ese espacio sean llevadas a cabo por el ejecutivo.

Esto quiere decir que cuando se sanciona un proyecto de ordenanza deberían, al menos, fiscalizar y tratar que el proyecto se concrete en tiempo y forma. Osea, tratar de hacer cumplir con lo que su cometido indica. En las últimas semanas se conocieron al menos dos proyectos habitaciones que se están concretando a casi dos años de su sanción. Uno es el de la generación de lotes para el Pro.Cre.Ar y el otro es la urbanización del barrio Las Praderas.

Esto, nuevamente, pone en evidencia que en la actualidad el HCD se encuentra en una etapa de estancamiento y de falta de compromiso por parte de los concejales para con sus deberes y con los ciudadanos a los cuales dicen representar.

La falta de compromiso, los egos, los proyectos insignificantes, la forma irresponsable en que se manejan los ha transformado en otra de las patas flojas y que falla en la dinámica de la División de Poderes.

Los concejales son los representantes de los vecinos, su función es legislar, es decir elaborar normas que regulen la vida y el funcionamiento en la comunidad. El HCD debe ser el origen de las iniciativas y planes a través de los debates y proyectos que deben ser tratados en el recinto. Para ello es necesario que conozcan con sensibilidad social, política y con compromiso la realidad de la ciudad, de sus habitantes y de sus vecinos para poder mejorar la calidad de vida de todos los habitantes. Ahora, bien. Si usted siente que esto no es así, no se siente representado, o no se cumple con esto, entonces comprenderá la preocupación y el espíritu de este texto.

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