“Villa Gesell no es una isla.” La frase fue repetida en numerosas ocasiones durante la campaña electoral de 2017, y la marcha del pasado 14 de diciembre para protestar contra la reforma previsional es una clara demostración de lo cierto de estas palabras. Cuando el concejal Carlos Villoldo de Unidad Ciudadana le decía a los vecinos que la ciudad no está aislada, se refería exactamente a cosas como la del pasado jueves. Mientras en la ciudad de La Plata y en plena Capital Federal las fuerzas del estado reprimían a miles de manifestantes, en Villa Gesell se pudo marchar para dejar un mensaje claro: gran parte de la comunidad geselina no está de acuerdo con el ajuste económico a los sectores más vulnerables, como es el caso de los jubilados y de los beneficiaros de la Asignación Universal por Hijo (AUH).
En múltiples entrevistas Villoldo y otros representantes de Unidad Ciudadana, así como de la izquierda y otras vertientes panperonistas locales, hablaron de la realidad de la ciudad supeditada a los conflictos con Provincia y Nación. En la marcha del jueves pudo verse claramente la división a nivel local que también está reflejada en el Senado: mientras casi la totalidad de los concejales de Unidad Ciudadana dijeron presente para protestar contra la reforma jubilatoria, nada se supo de figuras que se dicen opositoras como el espacio de Hernán Luna, o de aquellos que dicen pelear por los sectores populares y terminan proponiendo medidas contra los jubilados y los que menos tienen, como sería el caso de Baldo.
Y eso que no nos detendremos en los pormenores, solo basta remarcar que Patricia Bullrich ya tiene experiencia con el gobierno de la Alianza defendiendo recortes a los jubilados. En esta ocasión, en vez de recortarles, a ella le tocó dirigir el operativo para reprimir a los jubilados Anarcotroskokirchneristas que con sus bastones y reclamos (seguramente fogoneados por la RAM) iban a hacer tambalear el estado de derecho. Bueno, quizás fue un poco exagerado.
La nueva dinámica del Honorable Concejo Deliberante de Villa Gesell no empezó con el mejor pie. A Hernán Luna le gritaron “traidor” y "panqueque" en buena parte de sus intervenciones durante el acto de jura, mientras que Baldo técnicamente se autoproclamó presidente del Concejo Deliberante y le negó la palabra al concejal Paganini en varias ocasiones. Una jugada política que no hubiera sido posible si Luna mantenía el acuerdo que tenía con Angelini para votar al representante de Unidad Ciudadana para la presidencia del HCD. Sin embargo, la política local aún no se ha purgado totalmente de los vicios clásicos. ¿Quizás la tan mentada “nueva poítica” de Luna no es tan nueva y gira en torno a obtener beneficios personales? Tampoco puede saberse a ciencia cierta el rumbo que seguirá su armado político, ya que mostró fuertes disidencias con 1País y ahora coquetea con Cambiemos. Eso sí, no le gusta que los vecinos lo tilden de traidor y le recuerden los cambios de bando y pensamiento a través de abucheos o comentarios negativos en las redes sociales.
La gran discusión de cara a la temporada de verano que está a punto de comenzar pasa por el presupuesto. Villa Gesell en los últimos años ha tenido que trabajar con un presupuesto desfinanciado ya que la oposición se negaba a dar una discusión seria. El tema escaló a tal punto que hubo un reconocimiento por parte de los tribunales encargados de la rendición de cuentas de que los presupuestos de Villa Gesell de los últimos años no han sido adecuadamente modificados. Habrá que ver si en esta nueva etapa que se abre, la oposición comandada por Baldo opta por el diálogo y el consenso del que tanto se jactan.
Las reuniones para discutir y aprobar el presupuesto 2018 no serán sencillas. Desde el bloque de Cambiemos ya pidieron un desglose del proyecto para analizar los cálculos de Gastos y Recursos, así como los planes de obra pública que tiene en carpeta el gobierno de Gustavo Barrera. Son 19 proyectos que tendrán diferentes formas de financiación y que el ejecutivo espera poder poner en marcha una vez que se aprueba el proyecto de Presupuesto, que en años anteriores ha sido un gran dolor de cabeza ante la negativa de Salas y su bloque de dar una discusión seria. ¿Recaerá una vez más en Hernán Luna la responsabilidad de llevar a cabo proyectos o cajonearlos con su voto? Hacia adentro, hay quienes sostienen que la figura del político massista está devaluada, y que sus constantes coqueteos con uno y otro bloque para sacar rédito personal no estarían generando muchas simpatías.
Villa Gesell no es una isla, y por eso no está exenta de estas discusiones y pases de la política clásica. ¿Será posible que las convicciones sean principios rectores antes que los intereses personales? El tiempo lo dirá, de momento en la marcha para defender a los jubilados estaba casi todo el bloque de concejales de Unidad Ciudadana. Eso algo está queriendo decir. ¿Qué excusa tendrán los otros concejales para no salir a defender a los abuelos que verán saqueada parte de su, ya de por sí, magra jubilación? Será cada uno de los políticos electos los que hablarán a lo largo de estos años, con sus proyectos, con sus silencios ante medidas repudiadas por la sociedad, con sus presencias y ausencias. Esperemos que aquellos a los que votamos convencidos, estén donde dijeron que iban a estar cuando llegue el momento.
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