La política argentina, y por consiguiente la geselina también, está atravesando una etapa compleja en lo que se refiere a representatividad y proyectos a largo plazo. El título de esta nota de opinión utiliza como referencia el terrorífico cuento de Edgar Allan Poe, pero con personajes y un contexto muy diferente al de las Guerras Napoleónicas y los prisioneros de guerra de la inquisición española.
Nuestro pozo son las políticas neoliberales que ya han tenido vigencia plena en otras épocas oscuras de la economía nacional (cabe recordar la dictadura militar que comenzó en el año 1976 y su continuidad durante el menemismo), son los retrocesos en materia de derechos humanos, los ajustes en economía que exigen sacrificios a la clase trabajadora mientras los amigos del poder reciben bonos navideños por parte de empresas privadas (¿alguien busca un nuevo sinónimo para la palabra coima?) y se ven exentos del pago de impuestos.
El péndulo en cambio, son las actitudes de ciertos sectores de la oposición, el peronismo incluido, que van de un lado a otro con sus decisiones, intentando quedar bien con todos, pero sin poner sobre la mesa una sola definición. Esta práctica ventajista es la misma que derivó en 2001 en la crisis de representatividad y en el famoso “que se vayan todos”, y que hoy se manifiesta amnésica con un gobierno elegido por el pueblo cuya plana mayor formó parte de la Alianza que en 2001 llevó a la Argentina a su peor crisis económica y social. Pero bueno, ante este panorama, la política geselina también atraviesa la disyuntiva del pozo y el péndulo, y en esta columna analizaremos un poco las formas que toma y ensayaremos posibles formas de evitar desenlaces dañinos.
Ex intendente de Villa Gesell en una época compleja, Luis Baldo genera adhesiones y rechazos muy variados. Su desempeño en las elecciones legislativas de 2017 le permitió llegar al Honorable Concejo Deliberante y hoy ostenta el cargo de presidente, luego de que Hernán Luna votara por su candidatura y le otorgara la posibilidad, como presidente temporario, de desempatar y auto-elegirse con el voto doble. Pero, ¿qué le hace una mancha más al tigre? Baldo es el principal artífice de que Villa Gesell esté encaminada hacia el pozo, hacia un municipio desfinanciado, con recortes en los sectores trabajadores y sin presupuesto. Lo intentó con su bloque votando en contra del presupuesto y amenazando con denunciar a los concejales que votaron a favor. Sus prácticas se condicen con el estilo de Cambiemos a nivel provincial y nacional: cuando algo que se vota no me gusta, lo judicializó y trato de llevarlo a los magistrados que en este momento están en clara sintonía con el ejecutivo.
Baldo es el encargado de promover el modelo del gobierno nacional y provincial en Villa Gesell, ese modelo que avala el ajuste a los jubilados, los despidos injustificados, las modificaciones en la ART, la persecución política, el ninguneo a los docentes y las prácticas privatizadoras y neoliberales que se implementaron sin éxito en los años 90, y que ahora Vidal y Macri tratan de pintar de colores para venderlas de nuevo a la gente, y de momento la viene comprando. De allí que su papel en esta historia sea el del cavador, el que sin decir sus verdaderas intenciones cava el pozo alrededor de Villa Gesell.
Se presenta a las elecciones con el Frente Renovador, hace un acuerdo con Unidad Ciudadana para votarles su candidato a presidente del concejo, gana las elecciones y se pasa a Cambiemos, vota a Baldo como presidente del concejo y como no le votan a Hugo Monzón como secretario, vota por el candidato de Unidad Ciudadana-FPV en la Secretaría. En definitiva, Hernán Luna está en un berenjenal en el que él mismo se ha metido mientras trata de hacer política sin una sola definición concreta sobre su posicionamiento.
En el acto de jura recibió abucheos y gritos de “panqueque” y “traidor” en casi todas sus intervenciones, y sus allegados se mostraron molestos. Sin embargo, la práctica política tiene su correlato en el humor social, en gente que ha votado a ese representante y al sentirse traicionada lo expresa a viva voz. Muchos conocidos con los que mantuve conversaciones, se mostraron fuertemente decepcionados por el voto de Luna hacia Baldo para presidir el Concejo. Le creyeron el discurso de renovación y nueva política, pero lo que hizo fue acordar con lo más rancio del radicalismo en decadencia, y al ver que lo que le habían prometido no se cumplió, votó a favor de Unidad Ciudadana en otro ítem.
Este aspecto pendular de su carrera política también se vio en las decisiones más recientes del joven geselino; después de desmentir su paso a Cambiemos, terminó oficializando su ruptura con Sergio Massa porque no podían sentarse a hablar de política(¿?), y creando un bloque en el Concejo llamado Crear y cercano a figuras de Cambiemos a nivel provincial. Este tipo de políticos pendulares y acomodaticios, son los que terminan desprestigiando la política como herramienta transformadora. Porque no responden a los intereses que defienden en campaña, porque tienen un discurso para el afuera y una práctica totalmente diferente hacia el adentro. Habrá que ver si la doble cara le sigue funcionando o si la presión de los votantes y de una sociedad que exige respuestas, finalmente lo obligan a tomar decisiones concretas y ser consecuente con sus discursos y medidas.
El PJ en Villa Gesell tuvo como candidato a concejal a Sebastián Álvarez, quién ganó en la interna contra la línea ernetista de Noemí Avellaneda. Su mal desempeño en las elecciones le valió quedar afuera del Concejo Deilberante, pero además no logró tampoco posicionarse dentro de las internas del partido justicialista, cuyas nuevas autoridades responden a un intento de unidad entre el barrerismo y el ernetismo. Este intento de unidad no está exento de las prácticas pendulares a las que venimos criticando. Se trata de lograr la unidad a nivel local con candidatos que abiertamente responden a dos fuerzas que en campaña se dijeron cosas fuertes. Resta ver si con este acercamiento se logran definiciones concretas sobre el rumbo de la oposición, porque el pozo ya está siendo cavado.
El PJ es el partido con más contradicciones y dificultades a la hora de ser oposición. Hay intendentes que avalan el pacto fiscal con la provincia de Buenos Aires y esto se traduce en recortes, hay legisladores que dan quoruom para que se voten leyes nocivas para los trabajadores, e incluso hay quienes votan diciendo “estoy en contra, pero voto a favor por la gobernabilidad”. Si esto se da a nivel provincial y nacional, es esperable que haya complejas discusiones en el seno del partido local, pero esperemos que los dirigentes sepan ponerse de acuerdo y marcar el camino para que quede bien en claro qué clase de oposición van a ser a nivel provincial y nacional, y cómo ayudar a la gobernabilidad de Gustavo Barrera hasta 2019 en lo local.
Por otra parte, el kirchnerismo es una fuerza que a través de Unidad Ciudadana, y de la conformación de un frente electoral, ha sabido volcar el péndulo hacia una dirección clara: la oposición férrea al modelo macrista. Por supuesto que los números dan cuenta de que el kirchnerismo solo no alcanza para derrotar a los poderes mediáticos concentrados y al establishment económico, pero es una fuerza sin la que no se puede pensar en ganarle a Mauricio Macri. El kirchnerismo tiene contradicciones, dificultades y muchas cosas para mejorar, pero su discurso siempre ha sido a favor de los derechos humanos, de los sectores trabajadores y del empoderamiento de los vecinos. Que en 12 años no alcanzó para hacer todo lo que se planeaba, que faltaron cosas por hacer, seguro, pero no se puede decir que el proyecto apuntaba al mismo pozo al que nos quiere llevar Cambiemos. Esperemos que 2018 sea un año de crecimiento, construcción y coincidencias, porque lo necesitamos.
Como cierre, un fuerte pedido de memoria, verdad y justicia. Por el esclarecimiento de la desaparición forzada y asesinato de Santiago Maldonado, por que aparezcan los culpables del asesinato de Rafael Nahuel y que el represor tres veces condenado a perpetua Miguel Etchecolatz cumpla su condena en prisión, y no en su casa en la ciudad balnearia de Mar del Plata. Ni olvido, ni perdón.
Y mil gracias a las abuelas y madres de plaza de mayo que siguen buscando la verdad y que nos alegraron un poco ante tantas pálidas con el hallazgo de la nieta número 127. Hasta la victoria siempre.
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