Como para que no queden dudas. Como para tomar plena conciencia de quien es el enemigo del pueblo. Como para reafirmar el lado de la grieta donde nos enorgullece estar. Así de contundente es el mensaje de esta oposición que amenaza de muerte, que odia y lo demuestra sin complejos. Que calla ante las aberraciones de su propio gobierno y destila su odio ante cualquier acción de uno popular. Odio de clase disfrazado de patriotismo, igual que la dictadura genocida. Ese es el hilo conductor de los dirigentes que convocaron a estas ridículas marchas llenas de odio que, gracias a la conciencia de nuestro pueblo, solo fueron puñaditos de gente exasperada y violenta.
En todas esas pequeñas marchas hubo admiradores y nostálgicos de los momentos más oscuros de nuestra historia, del infierno medieval del "Proceso" de la muerte y el terror como herramientas políticas. Los opositores locales no se quedan atrás. Ayer se vio a los dirigentes de Juntos por el Cambio de nuestra ciudad encabezando un pequeño grupo de personas, acatando la convocatoria nacional. Hoy ninguno de ellos repudió las acciones de sus seguidores en Buenos Aires que llevaron bolsas de residuos con forma de cadaver y con nombres de personajes populares, horcas, y carteles amenazando de muerte a funcionarios públicos. El hilo conductor del odio de clase los mantiene unidos, el odio al pueblo los ciega. Por suerte son poquitos.
Por Gullermo Cardoso
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