La segunda ola trajo consigo un oleaje distinto: politicos y opinadores conforman un oceano picado donde olas y olas de opiniones intranscendentes tapan con su grandilocuencia los pedidos de sensatez por parte de los medicos y enfermeros que, como boyas de advertencia, intentan guiar el barco de la sociedad hacia la tierra de la inmunidad.
Llego la segunda ola, de eso no quedan dudas. El radio de contagios en Villa Gesell (la provincia, el pais, ¡El mundo!) crecio exponencialmente y las filas para los hisopados se extienden por las calles de los municipios, de lo que Villa Gesell tampoco es inmune; el camion de hisopados dispuesto por el gobierno de la Provincia de Buenos Aires este martes en una campaña de 3 dias para asintomaticos se vio al maximo de su capacidad durante su estadia en la tradicional Plaza Carlos Idaho Gesell, con una positividad de un %10, que no es baja, mientras al dia de hoy acumula mas de 160 casos activos simultaneos, numeros que, en comparacion al resto de la pandemia, son criticos.
Y de esto son testigos presenciales y actores principales los trabajadores de la salud publica, que en un esfuerzo casi titanico, contienen lo mejor que pueden el avance de un virus indomable, que no ve final en su camino, al menos, a largo plazo, y que con voz ya ronca por el esfuezo nos gritan a nosotros, los ciudadanos de a pie, que ocupamos nuestros esfuerzos en asentar posiciones en facebook, que por favor respetemos las restricciones, con panoramas oscuros en el horizonte. No todo es metafora: La directora del Hospital Interzonal General de Agudos en la ciudad de Mar del Plata, Veronica Martin, expreso a medios marplatenses que el nosocomio del cual dependen varios municipios costeros, incluida Villa Gesell, “no va a poder soportar este ritmo de casos”, “estamos al borde del estrés sanitario”, anticipó que “si no se toman medidas” es posible que se vean “escenas dramáticas. “Y lo vamos a lamentar”, agregó. Hospitales como el de Gral. Madariaga o Pinamar ya mostraron colapsos sanitarios apenas empezada la pandemia, el año pasado, y tanto la entonces directora del hospital de Madariaga como el Secretario de Salud de Pinamar confirmaron que ambos sistemas de salud no eran capaces de sostener el ritmo de casos que sostenia en ese entonces, hoy, un año despues, manejamos numeros muy superiores a aquellos.
Sin embargo, estos gritos son ahogados, en medios, redes sociales, y ambitos de comunicacion. Y aqui no pongo en discusion si estos medios lo hacen a proposito o no, si empujan por el silenciamiento de los medicos o simplemente se limitan a levantar la vida publica de nuestra ciudad, de nuestro pais. Lo cierto es que, predominantes, tenemos la opinion de los politicos, que una y otra vez se encargan de poner en duda, casi siempre sin ningun argumento mas que su propia oposicion, las medidas que se adoptan para intentar contener una enfermedad que demuestra, una y otra vez, no tener limites. La oposicion se opone por oponerse, los comunicadores se oponen por asumir posiciones criticas (lo que, en comunicacion, siempre funciona), y la narrativa se inunda de opiniones irrelevantes, de personas de poco a nada idoneas, que acallan los pedidos de, a esta altura, misericordia, de un sistema de salud saturado a una sociedad obnubilada por la cultura del like y la pantalla.
¡Un poco de silencio, señores! Un poco de enfoque. El verdadero mensaje de fondo se pierde en el ruido. Esta oposicion ruidosa que tapa las voces de los que sufren no esta aportando nada. Ayuden. O por lo menos, dejen de echar humo. Que "con tanto humo, el bello fiero fuego no se ve", y es un fuego que nos puede quemar a todos.
Nota de Opinion, por Julian Apasa
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