15/11/2022
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El informador geselino Por El informador geselino

HAGAMOS TODES LO QUE TENGAMOS QUE HACER Por Luis Di Francesco

Copete: 

En estos tiempos, lo que podríamos llamar proyectos nacionales populares, o izquierda, o progresismo, desempeñan el rol de defensores de la democracia y de sus instituciones y garantías, ante el avance de las derechas cada vez mas violentas y dispuestas a navegar en el límite de la legalidad o atravesarlo cuando lo considera necesario para sus fines.

Algunos de los actores de los movimientos populares que alguna vez soñaron cambiar el sistema de democracias burguesas por el socialismo hoy están, más por obligación que por vocación, defendiendo el sistema contra la ofensiva mundial de una derecha cada vez mas antidemocrática.

Las democracias representativas son hoy un escollo para la concentración económica y financiera del neoliberalismo. Su representación política esta mudando en el mundo, de una centroderecha que se movía en los marcos del sistema democrático a una derecha fascista, autoritaria, chovinista, racista y violenta.

El caldo de cultivo para el crecimiento de estas expresiones son las circunstancias que vive el mundo en estos tiempos de crisis económica agudizadas por la pandemia y la guerra.

Se robustecen grupos filo fascistas y neonazis en Europa, en Austria, con Vox en España, los Le Pen en Francia y la reciente Primer Ministra Meloni en Italia.

En América Latina se vivió un proceso muy marcado de desplazamiento de las derechas noventistas por gobiernos nacionales y populares que iniciaron un proceso regional de unidad continental en lo económico y cultural. Estos gobiernos sufrieron el embate del poder económico concentrado, con su poder mediático y la cooptación de sectores claves de la justicia, logrando imponer, con el aval de Estados Unidos, gobiernos de una derecha autoritaria, con escaso apego a la institucionalidad y cuasi mafiosos.

Es en la historia reciente de Brasil y Argentina donde se ve claramente ese ciclo pendular donde la derecha vuelve mas virulenta y los gobiernos populares vuelven mas condicionados y debilitados.

Lula le ganó en 2002 a Fernando Henrique Cardoso, un sociólogo "progre" devenido en neoliberal. Su sucesora, Dilma Roussef fue desplazada por un golpe judicial-mediático- parlamentario que encarceló a Lula y posibilitó el triunfo de Bolsonaro, un fascista apañado por Donald Trump. En Argentina, la sucesión Menem- Nestor Kirchner- Cristina- Macri, salvando algunas particularidades, obedece a la misma lógica.

Lula vuelve al gobierno en Brasil en medio de cortes de ruta de bolsonaristas clamando por una intervención militar, con una economía
deteriorada, con millones que sacó de la pobreza devueltos a ella por Bolsonaro, sin mayoría parlamentaria y al frente de una coalición heterogenea con sectores de centro- derecha.

El Frente de Todos logró evitar la reelección de Macri y recientemente en Brasil, Lula evitó la continuidad de Bolsonaro .

Pero en los dos casos las alianzas formadas para lograrlo presentan dificultades, por su conformación, para encarar decidamente los cambios estructurales profundos para revertir el desastre heredado y avanzar en una democracia mas justa e igualitaria.

El de Alberto Fernandez es un gobierno de transición y seguramente también lo será el de Lula.

La tarea principal es romper con el ciclo pendular de gobiernos populares alternando con períodos de una derecha cada vez mas entreguista y virulenta.

El destino de una Latinoamérica igualitaria, unida y soberana, depende de procesos nacionales y populares que se atrevan a manejar los recursos naturales, el comercio exterior y el sistema financiero para bien del conjunto.

También intervenir sobre la concentración de medios, el poder económico monopólico y los sistemas judiciales al servicio de estos.

Enormes tareas que exceden los marcos de un período de gobierno y sólo posibles garantizando una sucesión de períodos gubernamentales que empoderen los pueblos en defensa de sus intereses.

Nuevos vientos soplan en América Latina.

Nos toca la responsabilidad de reafirmar ese rumbo en nuestro país en 2023.

Hagamos todes lo que tengamos que hacer...

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