Cristina Fernández de Kirchner se mantiene firme ante lo que considera un “circo judicial” montado por la Cámara de Casación, que este miércoles hará público su fallo en la causa por la construcción de rutas en Santa Cruz. La ex presidenta y su abogado, Carlos Beraldi, decidieron no participar en la audiencia en Comodoro Py y seguirán el proceso de manera remota. En respuesta, en las afueras de los tribunales, se llevará a cabo una clase pública sobre "lawfare", para denunciar el uso político de la justicia. La decisión de la Casación llega en un contexto de creciente apoyo político a CFK, con figuras como el gobernador Axel Kicillof denunciando la causa como una persecución judicial para proscribirla políticamente.
El gobernador bonaerense se expresó con contundencia, calificando la causa Vialidad como un "caso de derecho ficción", pues no existen pruebas que vinculen directamente a Cristina Kirchner con los hechos imputados. Kicillof subrayó que la causa carece de fundamento y acusó al sector judicial que impulsa el caso de ser parte de un plan para disciplinar a la oposición política. Este respaldo político a CFK se reflejará también en la reunión del PJ de este martes, donde dirigentes de la nueva conducción del partido se reunirán en defensa de la ex presidenta.
Mientras tanto, la tensión política se intensifica con el arribo de funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos, quienes estarán presentes en una reunión con los jueces de la Cámara de Casación un día antes del fallo, lo que algunos interpretan como una muestra de la "justicia colonizada". Por su parte, Beraldi anticipó que CFK no se quedará callada y podría emitir una respuesta a través de sus redes sociales o por otros canales, como lo ha hecho en otras ocasiones. En un juicio marcado por la controversia, el resultado de la causa podría tener repercusiones tanto a nivel judicial como político, extendiéndose posiblemente hasta la Corte Suprema.
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