El Gobierno de Javier Milei planea implementar desde marzo un esquema de "paritarias cero" como parte de su estrategia para utilizar los salarios como ancla inflacionaria en 2025. Este plan contempla limitar al máximo los ajustes salariales y reemplazarlos por negociaciones parciales a nivel regional o empresarial, condicionadas a que los aumentos no impacten en los precios. Además, se mantendría la negativa a homologar acuerdos que superen la expectativa inflacionaria oficial, como ya ocurrió en 2024, con el fin de minimizar los aumentos nominales.
La propuesta, que no fue consensuada con la CGT, enfrenta un previsible rechazo de la mayoría de los gremios, ya que socava el modelo de negociaciones colectivas nacionales vigente desde 2004. El plan oficial apunta a restar poder a los sindicatos, promoviendo discusiones de menor jerarquía que, según el Gobierno, podrían evitar subas de precios al limitar el traslado de los costos laborales al consumo. Sin embargo, esta dinámica representa un cambio estructural que podría debilitar significativamente a los gremios.
A pesar de las dificultades previstas para su implementación, el oficialismo confía en encontrar apoyo entre ciertos sectores gremiales, especialmente en actividades afectadas por la caída del consumo y la apertura de las importaciones. Como contraparte, ofrecerán garantías de empleo y la posibilidad de modernizar los convenios colectivos, en un intento por consolidar su agenda laboral y económica.
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