09/01/2016
Sección: 
Gabriela Cerruti Por Gabriela Cerruti

Detrás de las noticias

"En mi primera clase de periodismo cada año le digo a mis estudiantes, citando a Eduardo Galeano: uno no siempre hace lo que quiere, uno no siempre puede. Pero siempre se puede no hacer lo que no se quiere."

No es cierto que la memoria sirva para que Nunca Más se repitan los hechos. La humanidad sigue perpetrando genocidios a pesar de la memoria del nazismo. La memoria y la reflexión sirven para que entendamos las causas profundas que nos llevaron a un momento histórico, las situaciones ordinarias que se sumaron para llegar a una tragedia extraordinaria.

La sociedad argentina ya vivió los despidos, el ajuste, la transferencia de recursos a los más ricos, la persecución política e ideológica, el desmantelamiento del estado. Sabemos cuál es el camino hacia el autoritarismo y la restauración conservadora. Por eso cada nervio de la sociedad está reaccionado frente a un dolor ya conocido, frente a la memoria de un dolor ya conocido.

En cambio, los medios de comunicación y la justicia, que se negaron sistemáticamente a reflexionar sobre su responsabilidad y su participación en la última dictadura militar, repiten hoy las mismas reacciones, complicidades, silencios. Aceptan mansamente convertirse en el marco simbólico y la justificación institucional de lo que está sucediendo. Aceptan convertirse en la mano de obra barata, en el instrumento que va incluso más allá de lo que les piden. Periodistas justificando despidos de trabajadores, anulación por decreto de la ley de servicios de comunicación audiovisual por la que peleamos en las facultades de periodismo hace treinta años, mirando para otro lado cuando hay represión, aceptando mansamente llamar al ajuste sinceramiento y a la inflación reacomodamiento. Jueces avalando el nombramiento de miembros de la Corte por DNU, haciendo caso omiso de que la constitución prohíbe legislar por DNU sobre temas del código penal, instalando la persecución habilitando que pueden pedir DNI en la calle.

Los medios de comunicación y el poder judicial son corporaciones rendidas frente a los grandes poderes, defensoras de los intereses de las minorías y del capital y ése ha sido su rol en los gobiernos en los últimos años. Cuando es un gobierno popular, atacan. Cuando es un gobierno neoliberal, blindan.

Pero los periodistas, los comunicadores, los abogados, los jueces, deberían saber que su responsabilidad ante la historia es ser más que aquello que hoy circunstancialmente les da un trabajo.
Por eso, en mi primera clase de periodismo cada año le digo a mis estudiantes, citando a Eduardo Galeano: uno no siempre hace lo que quiere, uno no siempre puede. Pero siempre se puede no hacer lo que no se quiere.

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