Primero fue 6-7-8, después fueron por Duro de Domar y Televisión Registrada. Probaron con Navarro y no pudieron. Y ahora, con un aberrante acto, callan la maravillosa voz de Victor Hugo Morales (secretamente todos esperamos que el Gato Silvestre se pueda mantener).
A las claras se vé que intentan que no haya espacio en el periodismo para el pensamiento distinto.
Quizás debamos someternos al dominio del grupete mediático experto en blindaje. Someternos a los soportes que implican escuchar a Bonelli, esperar un nuevo parte médico del Dr. Castro o sentarnos a almorzar, lo que podamos, con Mirtha Legrand. Y así, mientras volvemos a un consumismo mediático que tiene reminiscencias de los años noventas, nos enceguecen con respecto a la realidad de las calles de nuestro país, donde los fantasmas de la represión y la persecución política sobrevuelan constantemente.
Las manifestaciones son moneda corriente en estos días, pero la difusión es cuasi nula. Mientras los grandes medios hegemónicos miran para otro lado, es NUESTRA tarea, la de periodistas independientes, militantes, redactores y promotores de la Comunicación, darles voz a los que están siendo acallados. Proveerles la información que buscan. No debemos ser cómplices de la debacle que esta resultando del gobierno del Ingeniero Macri.
Y la ciudadanía tiene el deber de informarse. Quedo demostrado que una sociedad que no se cultiva, permite que se avasallen sus derechos.
Resumiendo, el deber es de todos. El nuestro, informar sin importar las consecuencias. Y el de la población, educarse. Solo de esta manera escaparemos a la ola de censura que nos quiere hundir a todos.
Todos los derechos compartidos