El ex juez Luis Arias, cuyos fallos en contra de los abusos tarifarios le valieron la persecución del gobierno de Macri y la pérdida de su cargo,
hizo públicas el martes pasado las siguientes consideraciones sobre la intervención de la empresa Vicentín:
Frente a las diversas críticas formuladas a nuestro Presidente por la intervención y ulterior expropiación de la empresa Vicentín, siento la necesidad de expresar algunas reflexiones de orden jurídico y político:
1. La declaración de utilidad pública es una atribución del Congreso de la Nación y no está solo referida a la obra pública, ni a bienes inmuebles, sino a cualquier otro valor o interés económicamente apreciable que un hombre pueda poseer fuera de sí mismo, más allá de su vida y libertad.
2. En el caso de Vicentín, la utilidad pública, según lo anunciado por el Presidente, se vincula a la conservación del trabajo y la soberanía alimentaria, motivos que no resultan de ningún modo irrazonables y, por lo tanto, no merecen reproche alguno desde el punto de vista jurídico, y mucho menos, de la perspectiva política.
3. La expropiación no constituye por sí misma una violación al derecho de la propiedad, siempre que exista una justa indemnización. Es, en definitiva, el intercambio de un bien por otro fundado en el bien común.
4. La quiebra de un establecimiento comercial no es beneficiosa para nadie, salvo para los especuladores. Los acreedores suelen recuperar poco o nada de sus créditos y la venta forzada de los bienes perjudica a su propietario. Desde esa perspectiva, sin duda alguna, la quiebra es un instituto mucho más nocivo que la expropiación. La empresa debe seguir funcionando para que el Estado –es decir nosotros- pueda recuperar las cuantiosas sumas que le adeuda el establecimiento sujeto a expropiación.
5. Es necesario que el Estado posea empresas para intervenir y regular precios en el mercado, sobre todo en materia alimentaria. Piénsese sino, lo ocurrido recientemente con las compras del Estado, donde los contratistas hace muy poco se pusieron de acuerdo (siempre lo hacen) para vender (nos) los productos por encima del precio del mercado.
6. Tal vez esa sea la verdadera razón por la cual, los grandes empresarios se oponen al proyecto, porque la administración de Vicentín por parte del Estado puede representar, sin duda alguna, un muy mal precedente en la conservación de sus abusos y especulaciones que llevan a cabo en contra del país y a favor de sus mezquinos intereses.
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