Seguramente después de este conflicto el intendente Gustavo Barrera saldrá fortalecido y con apoyo de la comunidad. Su actitud paciente para tomar decisiones y esperar exaspera a sus enemigos, sus contradicciones los confunde y sus colaboradores lo van conociendo de a poco. Los insultos y las descalificaciones de Pereyra reforzaron su imagen.
Gustavo Barrera estába parado frente a un centenar de personas en la Plaza Carlos Gesell en Paseo 110 y Avenida 3. Habia ido a una movilización comunitaria como muestra de apoyo de la sociedad geselina hacia su figura ante la violenta convocatoria organizada por el empresario Gustavo Pereyra, administrador de la empresa de colectivos local “El último Querandí", este martes.
Es miércoles y el conflicto parece tener un impasse, no hubo colectivos, pero tampoco quema de gomas, ni bombos ni redoblantes ni agresiones verbales, si bien no se pudo viajar los vecinos sintieron alivio y reflexionaron sobre lo sucedido.
El intendente llegó hasta la movilización para agradecer la convocatoria de los vecinos. Con un megáfono varios de ellos habían apoyado la gestión de Barrera y lo respaldaban. Es cierto que Pereyra no goza de la simpatía comunitaria. No lo quieren, la gente critica el servicio de colectivos que tiene desde hace 50 años en Villa Gesell, una empresa familiar con todas las letras. Le endilga su relación con el estudio Roncoroni y sus negocios, se indigna con el maltrato de los choferes y expresa su irritación por el estado de las unidades. De la misma manera le perdona a Barrera, cuando siendo presidente del cuerpo legislativo, votó la entrega de la empresa Ecoplata al mismo empresario con lo que Pereyra administra dos monopolios de servicios públicos vitales en la ciudad: El colectivo urbano y la recolección de los residuos.
Barrera habla con la gente y dice: “Saludo y agradezco presencia de ustedes pensaba mientras escuchaba a cada uno de los oradores que pasaron por aquí. Me parece que esto es democracia en estado puro porque los vecinos se concentraron sin convocatoria. Esto es lo bueno, que se pueda manifestar y expresar lo que se siente. Con respecto a lo que estamos viendo en nuestra ciudad, le pido tranquilidad porque no queremos una batalla. Nosotros tenemos que estar tranquilos porque defendemos los derechos de todos los vecinos. Son tiempos difíciles”, y allí fue interrumpido por los aplausos y gritos de apoyo. “Fuerza Gustavo! grito un vecino desde el fondo de la convocatoria. “Decime que se siente, tener a los vecinos presentes” le recito una vecina- y los aplausos cerraron este momento. “Son tiempos difíciles, tengo fuerza para seguir adelante, porque me siento apoyado por todos ustedes, son mi garantía, vamos a trabajar para mejorar las condiciones de nuestro municipio en beneficio de ustedes. Hay que tener tranquilidad y paciencia hasta que se resuelva este conflicto y tenemos que tener el temple y la sabiduría para no doblegarnos ante ningún grupo económico que nos quiera dominar” y allí los aplausos se doblegaron.
“No a la violencia, si al diálogo, si a Villa Gesell, vayamos para adelante, gracias por el apoyo y adelante” fue la despedida del jefe comunal en la Plaza Carlos Gesell rodeado de vecinos que lo apoyaron.
Un día antes el jefe comunal detallaba el fatídico martes que había atravesado Villa Gesell
“Fue un día nefasto para Villa Gesell, los caminos que se han adoptado no llevan la sintonía que pensábamos. Han quemado gomas en la puerta del municipio, hemos perdido un día de labor en la Municipalidad, han cerrado comercios y lamentablemente hay que decir que la gente que hizo esto nos es de Villa Gesell, vino de Mar del Plata para hacer este tipo de apriete y no es los debe ser”
El intendente siempre apelo al dialogo, a su estilo, se sabe, Pereyra lo sabe y sabe también que debe esperar para obtener una respuesta del jefe comunal. Por otro lado, la ordenanza ya fue promulgada y no se puede volver atrás. De ahora en adelante se inicia el proceso de llamado a licitación con una modificación del artículo 27 de Pliego que garantiza la estabilidad laboral de los trabajadores, su antigüedad y sus cargos y el salario.
Barrera también es consciente que los monopolios no son buenos y estos servicios en manos audaces pueden generar esto y cosas, aún peores.
Hasta ahora el conflicto quedó congelado hasta el lunes en que se verán las caras las partes protagonistas en la Dirección de Transporte de la Provincia para destrabar y buscar una solución que beneficie a todos, cosa difícil si nadie no quiere ceder. Y alguien debe hacerlo.
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