Eran cinco convenios para garantizar la permanencia de organismos de seguridad y municipales. Todos ellos fueron rechazados por la oposición con el argumento de que estaban vencidos.
La Ley Orgánica de las Municipalidades no establece que esos contratos o convenios deben estar en vigencia. El artículo 41 dice que “Corresponde al Concejo autorizar consorcios, cooperativas, convenios y acogimientos a las leyes provinciales o nacionales”. Eso es todo y no habla de la vigencia o si debe estar actualizado dicho convenio.
Tampoco el Reglamento Interno del Concejo Deliberante condiciona estos contratos. En el artículo 36 sobre la función de la Comisión de Legislación, Acuerdos, Digesto y Seguridad aclara en el inciso C: “Dictaminar en los contratos que celebra la misma con particulares, empresas u organismos públicos, nacionales o provinciales”. Es lo más cercano.
Los convenios vinculaban al municipio con el Ministerio de Desarrollo Social s/ Programa Envión y Unidades de Desarrollo Infantil, otro entre la Municipalidad y el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Bs. As., un contrato de locación sobre Comisaría de la Mujer, un contrato de locación de inmueble entre la Municipalidad y el señor Luis María Pighetti y el aún vigente programa de Ingreso Social con Trabajo.
La mayoría de ellos es una exigencia administrativa de la Provincia de Buenos Aires para garantizar la continuidad de estos convenios. En Este escenario político tan complejo hubiera sido mejor que estén actualizados a los efectos de la disciplina y el orden con que se mueve este radicalismo, versión 2017. Sin embargo estos convenios fueron firmados el año pasado y tenían vigencia por un año, la mayoría vencieron el pasado 31 de diciembre y deberán ser renovados inexorablemente porque está garantizada la permanencia de estos organismos. Ejemplos: el contrato de locación donde está ubicada la comisaria de la Mujer debe continuar allí o en otro lugar, pero el organismo continúa o el caso de la comisaría de Mar Azul. Ahora bien, es difícil pensar en una mudanza. De manera tal que el convenio correspondiente a este año se firmará a la brevedad y deberá ser homologado por los concejales. Son convenios simples, comunes, sin secretos, no esconden nada, salvo que se quiera mirar con dudas.
En el caso del inmueble que se alquila al propietario Luis María Pighetti fue tratado por la concejal María Elena Oroz y la edil se equivocó. Dijo que ese local puede convertirse en una Unidad Básica del peronismo en este año electoral y añadió que en ese local llegó el mes pasado el dirigente peronista Guillermo Moreno. Hubo un error porque Moreno estuvo el pasado 3 de diciembre en un local privado en Avenida 3 entre Paseos 145 y 146 en el Resto Bar “El sur existe”.
Oroz especuló con la negativa a este contrato cuando adujo que en el mes de abril se entregara la nueva terminal y en la vieja estructura se puede instalar alguna dependencia municipal. Es demasiado optimista la concejal.
El oficialismo había adelantado que el contrato es para instalar una dependencia municipal destinada a promover actividades culturales, deportivas y administrativas.
La oposición solicito documentación municipal y provincial para aprobar estos convenios. Por el momento fue una negativa rotunda en honor a las buenas costumbres y a lo políticamente correcto, disciplinado y con orden como le agrada al radicalismo.
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