13/09/2015
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El informador geselino Por El informador geselino

Dime con quién andas y te diré dónde irás a parar

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El Niembrogate es un nuevo eslabón en una cadena de irregularidades y causas judiciales que sacuden al gobierno de Macri hace años. Un jefe de gobierno procesado y un candidato a diputado investigado por estafa. Dicen que el viento amontona y que el tiempo se encarga de poner a cada quien en su lugar.

GABRIELA CERRUTI* | El trampolín de Mauricio Macri al terreno de la política fue el poder económico. Aunque tuvo dudas, aunque le costó decidirse, hace algunos años decidió ir de lleno a competir por el sillón de la Casa Rosada. Como cualquiera que aspire a ese cargo, Macri tenía en mente algunos objetivos y algunas ideas. Creía que ser el gestor del Estado le permitiría hacer lo que quisiera sin tener que dar explicaciones por nada.

Durante los años ’90 dirigió las empresas de su padre y no se privó de hacer cuanto negociado de obra pública pudiera con el Estado. Es conocido el caso de las cloacas en Morón y la causa por contrabando de autos. En esos tiempos el amiguismo judicial permitió que Macri lograra salir airoso, por no decir impune, de los delitos en los que estaba involucrado.

Cuando por fin decidió dar el gran paso al terreno de la política, dudó de nuevo. No sabía si dar el salto a lo grande e ir directamente por la Presidencia o empezar por algún otro cargo. Fue entonces cuando se decidió a ir por la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El debut tuvo sabor a derrota, pero Macri tuvo su revancha y, cuatro años más tarde, fue electo para gobernar la ciudad.

Pero cuando todavía no había decidido cambiar de poder, durante los años noventa, se dedicaba a hacer negocios millonarios en las grandes ligas, con tipos como Donald Trump. En ese tiempo hubo otro hombre que decidió sumarse a la actividad política: Fernando Niembro. Por ese entonces, Carlos Menem había sido elegido para presidente y lo designó como miembro de su gabinete, a cargo de la secretaría de prensa y como vocero.

El idilio duró poco. Un año después de su nombramiento, Niembro tuvo que renunciar a su cargo. Un escándalo había llamado a su puerta. La pauta oficial estaba siendo comercializada a través de una empresa que era de su propiedad. En ese entonces dejó su cargo en la función pública y volvió a las ligas deportivas en canales y radios privadas.

Dicen que el tiempo todo lo cura. Quizá la distancia con ese episodio, el agua bajo el puente, hizo que Fernando Niembro se atreviera de nuevo: hoy es el primer candidato a diputado por Cambiemos.

Pero es probable que aquellos tiempos vuelvan hoy como algo más que una sombra del pasado. Hoy, Fernando Niembro es investigado por estafa al Estado de la Ciudad de Buenos Aires. Hace más de una semana que una pregunta dispara otra y, así, estamos en medio de un mar de preguntas que no encuentran respuesta ni explicaciones. Más de 21 millones de pesos de fraude, contrataciones ilegales, una empresa fantasma, servicios inexistentes. Y otra vez que no es la primera.

El Niembrogate es un nuevo eslabón en una cadena de irregularidades y causas judiciales que sacuden al gobierno de Macri hace años. Un jefe de gobierno procesado y un candidato a diputado investigado por estafa. Dicen que el viento amontona y que el tiempo se encarga de poner a cada quien en su lugar.

Por el momento, parecen haber quedado atrás las épocas de oro en que El Pibe podía sortear a la Justicia por sus relaciones de amistad. Aunque intentó ser sobreseído, sin éxito, Macri hoy se encuentra procesado por ser miembro de una asociación ilícita que realizaba escuchas ilegales. Una causa que espera el juicio oral. Esta vez, a Macri no lo benefician los amigos sino los tiempos judiciales, que hacen que todavía no haya sido juzgado.

La certeza es que Mauricio Macri y Fernando Niembro no comparten sólo la boleta de un partido. Ambos comparten una habilidad: la malversación de fondos públicos. Es probable que también compartan una ideología común, pensar que el Estado puede ser gestionado como una empresa en donde el dinero puede ir a parar a donde sea sin tener que dar explicaciones.

Dime con quién andas y te diré en los pasillos de qué tribunal tendrás que desfilar.


*Presidenta del Bloque Nuevo Encuentro en la Legislatura Porteña y autora del libro El Pibe, sobre Mauricio Macri.
Fuente: Miradas al sur

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