Tras semanas de intensas huelgas con alto acatamiento, los docentes universitarios se preparan para una nueva movilización en defensa del presupuesto educativo. Con miras a una marcha federal, el objetivo es presionar al Senado para que apruebe la Ley de Financiamiento Universitario, que ya cuenta con media sanción de Diputados. La posibilidad de un veto presidencial, similar al ocurrido en la concentración de abril, impulsa a las gremiales docentes, estudiantes y rectores a intensificar sus acciones, con la intención de convocar otra masiva protesta en septiembre si es necesario.
La reciente manifestación resaltó no solo la importancia de la universidad como institución, sino también los problemas más amplios de financiamiento y condiciones laborales. Carlos De Feo, secretario general de Conadu, señala que el conflicto, inicialmente centrado en salarios insuficientes, ha evolucionado para abarcar un rechazo más amplio a las políticas del gobierno que amenazan con desmantelar el sistema universitario y científico. Con la reciente cancelación de proyectos de investigación, la comunidad académica intensifica sus esfuerzos para visibilizar la crisis a través de abrazos, banderazos y debates en las 60 universidades del país.
A medida que el gobierno ajusta el presupuesto y la posibilidad de un veto presidencial se cierne sobre la ley, los dirigentes universitarios y estudiantes se preparan para un nuevo enfrentamiento. Pablo Perazzi de Feduba y otros líderes sindicales destacan que, independientemente de las decisiones del gobierno, la lucha por un presupuesto adecuado y condiciones justas para los docentes continúa. La crisis en el sistema educativo y científico, según los líderes sindicales, es reflejo de una visión más amplia sobre el futuro del país y el rol de la educación pública en la resolución de problemas sociales.
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