2016 fue un año complicado para la sociedad argentina. El cambio de gobierno trajo convulsiones, reclamos, despidos y actos violentos. El año nuevo no genera expectativas mejores. Las señales que llegan desde el gobierno no son muy alentadoras
En las redes sociales llovieron las opiniones alarmantes sobre los hechos de violencia que se vivieron el primer día de 2017 en Buenos Aires y Playa en Villa Gesell. Hasta el diario Clarín reprodujo imágenes- eran confusas- de los incidentes que se registraron en un sector de la playa que en cada noche del primer día del año suele convocar a cientos de jóvenes.
De inmediato surgieron las voces de los dirigentes de la oposición responsabilizando al Departamento Ejecutivo por falta de planificación del evento, por la represión policial – los policías eran cinco armados con armas largas- y siempre están los que aprovechan estos incidentes para vaticinar una temporada caótica y magra.
En primera instancia hay que aclarar que la convocatoria a Buenos Aires y Playa es espontanea. Los mismos pibes se invitan por las redes sociales y en esa fauna nocturna hay personajes de todo tipo de calaña. Es un evento natural que se realiza desde hace varios años y en todo este tiempo los incidentes estuvieron al límite, pero no llegaron al caos. Nunca hubo policías ni inspectores municipales porque no es una convocatoria del municipio. Tampoco se quejaron los vecinos porque no fue necesario, incluso en algunas oportunidades hubo adultos que acompañaron a sus hijos. Se sabe que esa noche en ese lugar no se duerme y los residentes lo saben y se resignan porque no pueden evitarlo.
Este año con el comienzo del 2017 se desmadro, hubo golpes, peleas, demasiado alcohol y drogas y represión de la policía. En este punto hay que detenerse a reflexionar. Esta policía no actúa de la misma forma que operaba durante el gobierno anterior porque la orden era de no reprimir y si lo hacían eran exonerados de la fuerza. Con la llegada del nuevo gobierno ese concepto cambió. Hoy la policía reprime, castiga, golpea y hay una orden interna de actuar de esa forma jamás reconocida públicamente.
En Villa Gesell la fiesta oficial de la noche nueva fue el Muelle de Pescadores y allí no hubo disturbios con casi 5000 personas en la playa bailando desenfrenadamente.
Ensayo de razones posibles
Tenemos una sociedad violenta, hoy más que nunca relegada y castigada por aumentos en los servicios públicos de manera irrazonable. Con salarios bajos y alta desocupación es imposible afrontar estos insumos esenciales para la vida y muchos menos irse de vacaciones a Villa Gesell. Los incrementos de la canasta navideña fueron alocados y descontrolados ante un gobierno que no cuida a su gente. No hay sensibilidad social en el macrismo, no hay ideas para la recuperación de una sociedad que pasa hambre. Las movilizaciones en la C.A.B.A. lo confirman todos los días y la inseguridad y las muertes violentas hacen estallar los índices estadísticos ante la inoperancia de Rodríguez Larreta.
Ante esto por qué hay que confiar que el 2017 será mejor que el año que terminó. La Argentina le quedo grande al macrismo así como le quedó chica al kirchnerismo que la esquilmo llevándose dinero en bolsas. El discurso de la herencia recibida ya no convence a nadie, hay que comenzar a gobernar para la gente pero eso el macrismo no lo entiende.
Termina un año difícil, lleno de promesas incumplidas de un gobierno que ganó por una escasa diferencia, con Cristina caminando por los pasillos de tribunales, con ex funcionarios presos-los menos- y otros cientos sospechados pero sueltos, con movilizaciones multitudinarias, con reclamos salariales y con discursos callejeros que intentan justificar lo que muchas veces es imposible de explicar.
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