Mañana conoceremos el número oficial de la inflación de agosto. Ya se adelanta por encima de los seis puntos porcentuales y se proyecta en mas de 90% para este año.
La inflación es una transferencia de recursos de los trabajadores y jubilados hacia los grandes empresarios, los grandes ganadores en la puja distributiva, que la vienen juntando con pala desde la pandemia hasta ahora.
Cuando casi todos los números de la economía empiezan a estabilizarse y mostrar algunas mejoras (siempre asumiendo como hecho consumado el desastroso acuerdo con el FMI), la inflación carcome los ingresos y los reduce a niveles de subsistencia en la mitad de los hogares de nuestro país.
Mientras el ministro Massa resuelve en la coyuntura el ingreso de unos dólares para las alicaídas reservas del Central, vivimos el novedoso fenómeno de trabajadores registrados, en blanco y con estabilidad laboral, con salarios por debajo de la linea de pobreza.
El pragmatismo de ceder al chantaje de los sojeros sentados en sus silobolsas y premiarlos con un dolar diferencial, permitió este mes juntar unos dolarcitos tan necesarios en nuestra querida economía bimonetaria, con el costo de una mayor emisión para pagar el diferencial entre el dolar oficial y el "dolar soja".
Ceder ante el chantaje es peligroso y sienta precedentes.
Esta medida es inflacionaria, la suba de tarifas para cumplir la reducción del déficit es inflacionaria, el acuerdo con el Fondo es inflacionario...
¿Pero todo esto explica inflaciones mensuales por encima de seis puntos?... No, en absoluto.
La mitad de la inflación que sufrimos es por la voracidad de los empresarios formadores de precios, con el doble propósito de magnificar sus ganancias y socavar un gobierno erosionando su relación con su base de sustentación popular.
Gran parte de esta inflación es política y no se resuelve con pactos de caballeros, porque del otro lado no hay caballeros sino jinetes del apocalípsis, y más de cuatro.
En resumen, el endeudamiento de Macri, el acuerdo con el Fondo, el chantaje sojero y los que ponen los precios de los alimentos fuera del alcance del bolsillo popular, son una estrategia para obligar a un gobierno popular a aplicar una economía de derecha y enemistarlo con sus votantes para derrotarlo en 2023.
El intento de proscripción de Cristina Kirchner y hasta su fallida eliminación física puede inscribirse en este combo, porque los que pretenden manejar los hilos de nuestra política y nuestra economía saben que el vínculo de la Vicepresidenta con la gente es mucho más fuerte que los avatares de la economía.
Si subimos la vista en el mapa del Continente siguiendo los hilos, llegamos al titiritero.
Lo que pueda salir de bueno de esta gestión económica, siempre mirada en términos relativos en tiempos electorales, depende de que se logre bajar la inflación a niveles razonables.
Y en esa somos todos y una lapicera contra cuatro o cinco vivos...
En el mediodía de ayer, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof inauguró junto... LEER NOTA COMPLETA
El informador geselino |
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