A un mes de aquella movilización de vecinos de los barrios no titularizados en que fueron recibidos por el jefe comunal, los referentes de los mismos barrios volvieron a reclamar
Los vecinos de los barrios no titularizados fueron recibidos este miércoles a las 10 de la mañana por el intendente Gustavo Barrera con el objetivo de atender los reclamos que realizaron estos mismos vecinos hace un mes y no se cumplieron. En esta oportunidad se presentaron con un abogado que atiende esta problemática de la vivienda para asesorar a los vecinos.
Los vecinos reclaman que aquellos reclamos que realizaron el 25 del mes pasado se repitieron ante la falta de una respuesta de las autoridades municipales. Los vecinos afirmaron que de persistir la falta de una respuesta las movilizaciones se repetirán y los reclamos también.
“No solo se pide la solución de las tierras, también el alumbrad público que fue un compromiso de la movilización de hace un mes. Seguimos planteando que se quiere pagar pero hasta ahora no tuvimos repuesta”, afirmo Claudia la delegada más activa de los vecinos.
El abogado Ramiro Geber, integrante del Movimiento por la Dignidad y que además trabaja por esta problemática de la tierra acompaño a los vecinos en el reclamo. El letrado fue recibido por el jefe comunal y volverán a encontrarse el próximo martes para abordar los reclamos.
“Queremos ser civilizados y tratar de tener una comunicación normal y no se logra por eso tenemos que tomar decisiones drásticas. Es prioritario hablar de la seguridad, del alumbrado público y las cooperativas de trabajo, que no salen del municipio ni de Provincia ni de Nación, sale del barrio La Esperanza ubicado en Paseo 130 y Avenida Circunvalación. Hasta ahora somos los únicos que cumplimos la palabra no necesitamos firmas, y tengo palabra y si no se cumple hay que tomar decisiones fuertes”, añadió Claudia.
El problemas radica, en el caso del barrio las Praderas, en la medida judicial que interpuso el propietario de las tierras, la familia García Balcarce, que propuso ceder ocho hectáreas para instalar el asentamiento, pero los vecinos se niegan a demoler sus viviendas. Ese es el principal escollo a superar pero por ahora nadie cede y alguien debe hacerlo:
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