Esta semana se aprobó en el Concejo Deliberante de Pinamar una ordenanza para permitir el ingreso de los propietarios no residentes, con el protocolo de una declaración jurada sanitaria. En Villa Gesell también está instalada la polémica acerca del ingreso de los propietarios no residentes.
La concejal del Frente de Todos Tamara Rosso cuestionó la ordenanza y recalcó que en Pinamar " nunca dejó de entrar el turista y el propietario, demostrando fallas en la seguridad sanitaria."
En un video subido a su red el 20 de agosto, el periodista pinamarense Alejandro Oliveros muestra en vivo como ingresa en automóvil sin ser detenido en el control de acceso de Pinamar.
Consultada por este medio la propietaria de una inmobiliaria de Pinamar, comentó que "acá entra cualquiera, es todo una gran mentira..este verano puede ser trágico, ustedes con Barrera están más tranquilos."
El periodista Victor Gamarra entrevistó al presidente del Concejo Deliberante de Pinamar, que confirmó que habían resuelto el ingreso de 120 personas.
En Villa Gesell también está instalada la polémica acerca del ingreso de los propietarios no residentes.
Por un lado, ante una futura apertura al turismo para una temporada cada vez más cerca en el calendario y cada vez más difusa en el contexto de los casos de covid registrados en los municipios costeros y el aumento incesante de los contagios en el AMBA; deberían ser los propietarios no residentes los primeros en poder acceder, con los debidos protocolos.
Tanto por merecimiento por su semi-pertenencia como por ser un riesgo(siempre existente) menor que el turista que alquila o contrata hotelería.
El propietario no residente ingresa directamente a una vivienda en general vacía desde hace tiempo y su permanencia en ella es más prolongada, disminuyendo el riesgo potencial de los recambios y el contacto con agentes inmobiliarios a su vez que favorece el seguimiento de los nexos epidemiológicos en caso de contagio.
Pero en este momento la situación de nuestra ciudad con respecto a los contagios haría desaconsejable una medida de ingreso de los propietarios no residentes.
Sería agregar un factor de riesgo que podría romper el equilibrio que trabajosamente se está consiguiendo para evitar los brotes de contagios y la circulación comunitaria del virus.
Prudencia y paciencia son las dos palabras que resumirán la situación en este tire y afloje entre la responsabilidad del Municipio para con la salud de los vecinos y la legítima pretensión de los propietarios no residentes.
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