El destino de documentos originales que dan cuenta de la rica historia bonaerense, tales como manuscritos del Martín Fierro; del empréstito de la Baring Brothers; del Acuerdo de San Nicolás; de la causa seguida a Juan Moreira o el expediente Barranca Yaco por la muerte de Facundo Quiroga, han caído en los últimos días en un cono de sombras, luego de que por un decreto de la gobernadora María Eugenia Vidal se suprimiera de la estructura orgánico-funcional del Ministerio de Gestión Cultural al Archivo Histórico “Doctor Ricardo Levene”, un organismo que funciona desde 1925.
A sólo tres meses y medio de que la provincia de Buenos Aires celebre sus 200 años de existencia autónoma, y próxima a abandonar el cargo, Vidal –mediante el decreto 1345/19 fechado el 17 de octubre pasado– modificó la estructura de la cartera a cargo de Alejandro “Conejo” Gómez, decisión por la cual fueron eliminados de la plantilla dependencias relevantes como el Archivo Histórico, el Museo Histórico “Guillermo Hudson” y hasta varias direcciones del prestigioso Teatro Argentino de La Plata.
Inspirada en “principios de austeridad, eficiencia administrativa y modernización”, la guadaña pasó también por las direcciones de Promoción Literaria, de Promoción de Derechos Culturales y de Asistencias Artísticas de la cartera cultural.
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