02/03/2015
Sección: 
Julio Carabajal Por Julio Carabajal

Un Deja Vu del relato

Copete: 

El último discurso de Cristina Kirchner estuvo inundado de cifras positivas de un país que muchos no ven. Nuevo ataque al sistema judicial 

Números positivos, crecimiento constante, estabilidad económica sin hacer una mínima referencia a la inflación y en el final un tremendo ataque al sistema judicial fueron los pasajes más emotivos del último discurso de Cristina Kirchner en la Asamblea Legislativa este domingo 1° de marzo. También anunció la estatización del sistema ferroviario.

El discurso fue constantemente interrumpido con los aplausos que ante cualquier ataque hacía  algunas institución que no pertenezca al gobierno y ante cualquier número positivo de la economía kirchnerista que por supuesto es histórico y marca tendencia en el mundo. Si no viviera en este país y escuchara a Cristina el que suscribe esta nota tendría deseos irrefrenables de vivir en ese país que describió en detalle  la mandataria.  Sin embargo, muchos vivimos en  este país pero no ve con el mismo optimismo presidencial.

Fueron 3.40 minutos de palabras abrumadoras, de discurso positivista. Sólo en el final se sacó como es habitual y comenzó con su conocida retorica agresiva e irónica contra el sistema judicial o el partido judicial  como bautizó hace pocos días al tercer poder del estado. Y  los tres poderes están ahí y deben estar porque eso es la democracia, nadie busca que le guste a Cristina el poder judicial, está para otra cosa, esta para controlar pero a Cristina no le gusta que la controlen. Arremetió contra la Corte y dio catedra de convivencia de los tres poderes que ella misma no cumple. Fue el kirchnerismo quien intento modificar el sistema judicial bajo el pretexto de  “democratizarlo”, como si el reloj de la democracia lo tuviera el gobierno.  

Saco de la manga dos cartas que estaban guardadas en la caja fuerte de fiscal muerto que levantan la imagen de la presidente y respaldan lo actuado por la mandataria. Y aquí cabe una una reflexión. Según la versión de Cristina Nisman no solo era un fiscal equivocado en su investigación por el presunto encubrimiento, sino que también estaba loco al imputarla y guardar un documentos con todo lo contrario, en una caja fuerte.  Seguramente Nisman escondió esto para que su secretaria lo descubriera y se lo alcanzara a la presidenta que esta lo haga públicos el 1 de marzo de 2015.

 Luego hablo del final de su mandato y desafió al próximo gobierno a administrar un país difícil por, los logros obtenidos por el kirchnerismo. Y resaltó la estatización del sistema ferroviario, defendió los acuerdos con China y subestimó a quien no  entiendan que “los chicos no son malos” y finalmente destacó su propio análisis de la crisis del medioriente.

Fueron notables los gestos hacia Florencio Randazzo y su enésimo desprecio  hacia Daniel Scioli quien se presenta a estos actos para sufrir y resistir con cara de nada los ninguneos de Cristina.

Fue el último discurso de Cristina rodeada de una multitud, un discurso donde solo hablo de ella como si no le interesara su descendencia.  Es la soberbia y es orgullo que no le deja ver la realidad en forma objetiva.   

 

 

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