29/08/2017
Sección: 
Juan José Por Juan José

Cómo operan los medios ante un desaparecido HOY

La desaparición forzada de Santiago Maldonado,  aún sin resolución,  vuelve a mostrar en qué forma los medios de comunicación pueden alterar el eje de una discusión. Las radios, canales televisivos y diarios (en papel y electrónicos) de los grupos hegemónicos han intentando desde el minuto 0 desviar la atención hacia otras cuestiones, ignorando que la desaparición de una persona en democracia es siempre motivo de preocupación sin importar el gobierno. En los casi 30 días que lleva desaparecido Santiago, La Nación, Infobae y Clarín han intentado implantar distintas teorías entre la gente, siempre buscado que no se hable de las pruebas que indican que gendarmería se llevo a Maldonado y desde entonces no se lo ha vuelto a ver.

 

La principal preocupación a tener en cuenta en cuanto al rol de los medios, es la similitud de los titulares y teorías de la actualidad con aquellos que abundaban para justificar muertes y desapariciones a partir de 1975 en nuestro país: el artesano habría sido visto en otra provincia, tendría vínculos con grupos terroristas extranjeros, recibiría un subsidio por ser familiar de un montonero, o los titulares de enfrentamientos que buscan generar odio y temor contra los mapuches: quemaron una comisaría en Chile, unas camionetas en una localidad de Santa Cruz. En definitiva, tácticas de distracción que hoy siguen teniendo vigencia, pero que gracias a las redes sociales se puede intentar desarticular antes de que pase a mayores. No siempre funciona, pero nos queda intentarlo. Pero, ¿qué han estado diciendo los medios sobre la desaparición del joven artesano proveniente de 25 de Mayo?

 

La construcción de un desaparecido en los medios hegemónicos

 

En el sitio web www.santiagomaldonado.com, creado por su hermano Sergio, se establece una cronología tan terrible como ejemplar de la manera en la que se trato de direccionar a la opinión pública respecto del caso. El 9 de agosto un titular en el sitio web de Infobae indicaba que un supuesto conductor había llevado a Maldonado en su camioneta en la provincia de Entre Ríos. De esta forma se desarticulaba cualquier reclamo, ya que el joven se estaría yendo por su propia voluntad.

 

No contentos con eso, al día siguiente empezaron a hacer circular en la web un video donde supuestamente Santiago estaba haciendo compras. Vamos, en serio, ¿sabiendo que hace 10 días todos los están buscando, no iba a comunicarse con su familia para que no se preocupen? Media pila.

 

Quizás Clarín, el diario con menor calidad en la elaboración de sus notas en los últimos años, fue el más osado con su titular del 11 de agosto: “Hay un barrio en Gualeguaychú en donde todos se parecen a Santiago”. La nota es de tan mala calidad que resulta extraño que todavía haya gente que elige el diario propagandístico del Grupo Clarín como una fuente de información fiable.

 

Los medios hegemónicos siguieron intentando desviar la atención durante algunos días, incluso dijeron que un cura declaró haber visto a Santiago en Mendoza. Esto último es una falacia de autoridad, ya que se busca legitimar una declaración de una persona por ser cura, cómo si no existieran curas que mienten. A todo esto, en pocas y casi ninguna de las notas principales de los medios hegemónicos se ahondó sobre la principal línea de investigación en base a las declaraciones de personas que estuvieron presentes en la represión contra los mapuches donde Santiago fue secuestrado: SE LO LLEVO GENDARMERIA.

 

Cuando la desaparición ya no era discutible intento crearse otra hipótesis: el joven artesano que se solidarizó con el reclamo mapuche en realidad forma parte de un grupo terrorista separatista llamado Resistencia Ancestral Mapuche. Sí, no es joda. Empezaron a publicar notas de este calibre con toda clase de declaraciones descabelladas, y ni hablar de los programas y editoriales que dedicó Jorge Lanata a intentar defenestrar a los pueblos originarios. El 21 de agosto siguieron con la idea del viaje de Santiago, ahora había alguien muy parecido a él en Osorno, Chile. Incluso llegaron a decir que a Santiago quizás lo mató un mapuche, no gendarmería, o un estanciero que intentó defender su puesto de trabajo frente a los terroristas del RAM, entre ellos Santiago.

 

Si a eso le sumamos que en el medio desapareció un colaborador de Ritondo, el Ministro de Seguridad bonaerense, pero que en realidad estuvo 4 días jugando en el casino, y los supuestos incendios de camiones chilenos por parte de mapuches, el discurso de los grupos hegemónicos respecto del caso Santiago Maldonado ya está armado. Seguirán intentando desviar y justificar la inacción del estado para encontrar a un joven que actualmente, según la carátula, está bajo desaparición forzada.

 

¿De qué no se habla?

 

Nos llenan horas de televisión, notas en los diarios y bloques de radio con información de dudosa procedencia, pero hablan poco de datos cruciales para la investigación: las camionetas involucradas en la represión del 1 de agosto fueron totalmente lavadas a las pocas horas ¿quizás para eliminar cualquier rastro de sangre, cabellos o saliva?; el teléfono de Santiago fue atendido posteriormente a su desaparición, un amigo llamó por teléfono y hubo una conexión de 22 segundos pero nadie contesto. Después de eso el teléfono fue apagado; informáticos expertos pusieron a disposición de la Ministra de Seguridad Patricia Bulrrich tecnología para identificar de manera más precisa en que ubicación fue encendido el teléfono celular, pero el gobierno de Macri nunca solicitó el uso de esta tecnología, ¿de verdad lo quieren encontrar?

 

Todo parece indicar que los medios oficialistas y el propio gobierno están más interesados por desviar la atención del caso, que por resolverlo. Las excusas que se utilizan asustan por la similitud con los primeros casos de desaparecidos durante 1975 y 1976. Todos tenemos que ser Santiago Maldonado. Y si alguien en las redes sociales trata de correr el eje hacia la desaparición de Jorge Julio López, recuérdenle que a Jorge los seguimos buscando, que lo desaparecieron los amigos de Etchecolatz al que Macri quiere darle el beneficio del 2x1 y generó toda una batería de medidas por parte del gobierno kirchnerista para intentar encontrarlo. La búsqueda de Julio no quita que Santiago tenga que aparecer con vida y que la gendarmería de Patricia Bullrich tenga que responder por su ineficiencia. Soy Juan José Mártinez, estoy escribiendo esta nota de opinión en mi casa, al calor del hogar, y me preguntó ¿dónde está Santiago Maldonado?

Todos los derechos compartidos