08/07/2017
Sección: 
Juan José Por Juan José

De quejas e indiferencia ¿son todos iguales?

Una reinterpretación muy acertada y extendida del filósofo griego Platón reza: "El precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres". Una línea de pensamiento que ya tomaba forma en el siglo IV antes de Cristo, y que hoy vemos representada en la extendida frase "los políticos son todos iguales".

 

¿Son todos iguales, o queremos creer eso para que sea más fácil delegar en otros la responsabilidad de que al país le vaya mal por algo que elegimos? Si cuando vamos a votar a no estamos convencidos del modelo de país que cada partido político nos propone, ¿para qué vamos?

 

Para construir un país o una ciudad mejor, ¿no habría que estar convencidos de que el lugar que nos promete el candidato, es aquél en el que nos gustaría vivir? Y en todo caso, si nos prometen algo en una elección, y no lo cumplen, lo mejor que podemos hacer es no volver a votarlos. Pero quejarnos porque nos mitineron y decir "son todos iguales" no va a cambiar el sistema político. Tomemos como ejemplo las elecciones de 2015.

 

Yo te avise, y vos no me escuchaste....

 

Mauricio Macri, también llamado "El gato" o "El títere de Magnetto", ganó la elección presidencial de 2015 prometiendo un país de alegría, trabajo, felicidad y globos amarilos. Marcaba el fin de una era oscura, donde la ex presidenta Cristina Fernández dejaría de aparecer en las cadenas nacionales para cortarnos la novela, no habría más impuesto a las ganancias, y se terminaría el cepo al dolar para que los trabajadores de a pie compraran sus cinco millones de dólares mensuales sin ningún tipo de complicación.

 

No importaba que Macri estuviera procesado judicialmente, que sobre sus empresas figurarán numerosas denuncias, que la mitad de su gabinete estuviera compuesto por personas acusadas de casos de corrupción. Lo que había que hacer era votar aquello que se oponía al kirchnerismo. Gran parte de los que creyeron en las promesas Macri, hoy disfrutan de haberse pegado un tiro en el pie. Nada de lo que este político, "que es igual a todos", se cumplió. La inflación sigue subiendo, cada día se pierden más puestos de trabajo y llueven nuevas denuncias de corrupción y casos de conflictos de intereses entre los miembros de su gabinete y las empresas de transporte, energía y construcción, entre otras. Sus representantes en Villa Gesell no distan demasiado de este estilo de hacer política, llevando a cabo medidas de bloqueo en el Concejo Deliberante para evitar la construcción política de una Villa Gesell diferente, quizás mejor, quizás peor, pero que hasta el momento no ha podido manifestarse del todo.

 

Son todos iguales, pero...

 

En las antípodas del macrismo, pero sin salir del modelo capitalista -como buscan los representes de la izquierda más radicalizada (aquellos que en las elecciones no terminan de convencer a la comunidad y siempre oscilan entre el 2% y el 6% de los votos)-, el kirchnerismo ofrecía un modelo de país con puntos positivos y puntos negativos. Daniel Scioli fue un candidato resistido, aunque hizo una muy buena elección, y terminó perdiendo. Sin embargo, analizando las medidas que venia tomando el kirchnerismo (que él decía representar), no se puede decir que eran iguales los modelos de país. Podrían decir "no me gusta el kirchnerismo porque le daba computadoras a los pobres, porque ponía impuestos a las cosas que compro afuera para fomentar la industria nacional, porque abrió nuevas universidades y habilitó que primeras generaciones de numerosas familias de las clases medias bajas pudieran ingresar a la educación", pero de ahí a decir que son todos iguales, hay un error garrafal de análisis político.

 

2017 y 2019 son dos años donde volvemos a votar. Analicemos, debatamos; pero sinceremos lo que nos lleva a votar a favor de algo, o en contra de algo. No caigamos en la apatía y en la frase sencilla que le echa la culpa a los políticos, cuando hay muchísimas personas que se han jugado por la política convencidos de defender ideales y construir una ciudad, una provincia y un país mejor. Es una falta de respeto para todos ellos, pero además es una falta de inteligencia, porque si no nos hacemos cargo de lo que votamos, estamos habilitando que nos vuelvan a mentir y que nos gobiernen los peores hombres, como ya decía Platón hace casi 2300 años. Ese segundo semestre que nos promete el macrismo, sigue sin llegar. ¿Les vas a creer que si ganan ahora, vamos a estar mejor?

 

 

 

 

 

 

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