Hace años, cuando abandoné la adolescente idea de la revolución inminente, concluí que esta no sería un suceso histórico de un momento determinado, sino un proceso a lo largo del tiempo, con ensayos de revoluciones, experiencias fallidas y exitosas, con marchas y contramarchas que harán, o no, evolucionar a nuestra especie hacia sistemas mas justos e igualitarios.
Algo que a la vista no estaba ocurriendo, al contrario, progresamos tecnológicamente pero no evolucionamos como especie. Hasta que alguien tomó el toro por las astas y sacó a la luz al padre, nunca mejor dicho, de todo sistema de opresión: el patriarcado. La inmensa ola verde, que recogió el grito de millones de mujeres sometidas a lo largo de los siglos, puso en el tapete la raíz de los problemas humanos. Todos los sistemas políticos de la antiguedad occidental, hasta la democracia griega y romana y el capitalismo actual son hijos del patriarcado, todo inicia en el primer sistema de opresión de un humano sobre otro, el hombre por sobre la mujer.
Pero como cambiar esto, como derrocarlo como exigían las mujeres con el puño en alto? Entonces surgió al calor de sus movilizaciones una palabra nueva o en desuso "deconstruccion" que muchos y muchas creímos que solo se trataba de aceptar nuevas ideas y reconocer derechos. Pero no, no bastaba con eso, ni con corregir pequeñeces, porque deconstruise es atreverse a mirarse, a reconocer nuestra mente formateada por siglos de patriarcado y machismo del peor, ver, entender, captar nuestros vicios y "costumbres" machistas, analizarlos, buscarle las raíces, enfrentarse a los espejos y hacerse cargo para poder erradicarlos.
Deconstruise es cuestionarse, por eso duele, es comprobar que no soy tan como creo ser, es mirarse por dentro y no mentirse. Entender que no soy responsable, no somos responsables de ese formateo pero sí de cambiarlo, de desarmarlo en nuestra cabeza, y abrazar nuevas formas. El odio que genera la cuestión de género nos muestra la resistencia de los que no quieren verse ni tienen la valentía de hacerse cargo de su responsabilidad de transmitir y conservar el sistema machista y patriarcal. Los hombres debemos replantearnos TODO y las mujeres también y seguir siendo la vanguardia de la evolución humana. "La lucha es de igual a igual con uno mismo…" sino, no hay deconstrucción posible, ni futuro.
POR GUILLERMO CARDOZO
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