07/12/2015
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Julio Carabajal Por Julio Carabajal

La majadería los une en las diferencias

Mostraron en los últimos días su egoísmo. Afloró la maldad, la estúpida soberbia,  la falta de criterio cuando deben irse del gobierno. En los últimos días Cristina firmó miles de nombramientos, una decena  de embajadores, asumió deuda que ella no va a pagar, como herencia desmesurada de su poder debilitado.

Estas acciones demuestran que el kirchnerismo no asumió, otra vez,  la realidad con dignidad, se  negó a reconocer que la gente no la eligió y esto la enoja.  Por estos días parece una estudiante secundaria caprichosa que no quiere presentarse a un examen. 

Dicen que el miedo oscurece la razón, Cristina olvida que Macri no se perjudica con estas maniobras, ni los funcionarios que gobernaran este país a partir del 10 de diciembre. Los perjudicados son los ciudadanos que esperan angustiados poder cobrar el salario y el aguinaldo en este mes difícil, complejo, largo y de fiestas navideñas.

Cristina no pensó en esos empleados que fueron incluidos en los listados de designaciones laborales una semana antes de dejar el mandato. El nuevo mandatario esta en todo su derecho de derogar esos decretos. Con esta disputa los perjudicados son esas personas que se ilusionaron con seguir con un trabajo. Cristina no cuido a su gente, por el contrario la expuso gratuitamente y sin razón. Gobernó durante 12 años, a una semana de dejar la presidencia de la Nación decide designar personal. Sus militantes más fanatizados aplaudieron  estas acciones como una demostración final de fuerza ideológica. Jamás se hicieron una autocrítica, no analizaron este resultado electoral que les hizo perder la Ciudad Autónoma, la Provincia de Buenos Aires y la Nación en manos de la derecha neoliberal. Si Macri está ahí es porque el kirchnerismo lo permitió con sus errores y los caprichos de Cristina.

Sus militantes cegados por el miedo hablan de estar preparados para “resistir” a otro gobierno elegido por el pueblo. No les gustará, sentirán odio y dolor al mismo tiempo, pero mal que les pese,  Mauricio Macri ganó las elecciones democráticamente y tiene derecho a gobernar con su estilo y sus formas liberales.

En estos años de mayoría absoluta Cristina gobernó a su antojo, tuvo aciertos y errores, aunque ella cree que solo fueron aciertos, sus diputados  impusieron sus caprichos por mayoría, no consultó a nadie, así invento las clausulas secretas del acuerdo con China y su base espacial en Neuquén, permitió la minería a cielo abierto y ahí está el derrame de cianuro en San Juan. Si,  exaltó derechos y subsidios para los pobres, mientras ella y sus funcionarios se enriquecieron.

La gente voto y le dijo basta a la soberbia y al autoritarismo, se cansó del enriquecimiento personal, de las diferencias, de la violencia verbal y de la ironía de los militantes del kichnerismo. Este pueblo dijo basta y eligió otra opción.  Que la derecha neoliberal este en el poder fue la decisión de la ciudadanía que debe respetarse y ser aceptada guste  o no, porque así es la democracia.  

Como corolario  de este final de ciclo Cristina y Mauricio se disputan la forma en que debe hacerse el traspaso del mando presidencial. El absurdo los invadió y los caprichos de ambos a ofenden a  todos y todas, el pueblo que los votó no se merece este bochorno. Deberian dejar de lado  mezquindades y caprichos, pero prevalecen sus egos. Tendrian que tener dignidad en la despedida y en la llegada, pero la estupidez los une.         

 

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