El discurso de asunción de Macri se presentó como un discurso vacío de contenido girando en torno a ciertos tópicos propios del manual de Durán Barba. Los conceptos expuestos en el discurso fueron el consenso, la unidad de todos los argentinos, el diálogo, abandonar las discusiones del pasado, avanzar hacia el futuro, todos juntos, el optimismo, la confianza en la economía, el trabajo en equipo, el arte del acuerdo, etcétera. Asimismo, se asumió como una persona que no es infalible, que va a aceptar las críticas intentando presentarse como lo opuesto a la visión de Cristina Fernández, de supuesta soberbia, construida por los medios de comunicación dominantes. Estas ideas fueron disparadas por Mauricio Macri durante su discurso y luego repetidas a lo largo del día por sus funcionarios y colaboradores. Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Prat Gay, el flamante ministro de economía, repitieron una y otra vez las mismas consignas sin profundización alguna.
Si tratamos de vislumbrar, a través del discurso, cuál será el rumbo del próximo gobierno tenemos muy poco material. Sin embargo, podemos entrever ciertas ideas centrales. Se destacaron algunas propuestas como combatir el narcotráfico, sin detallar ningún plan de lucha específico. Lograr una educación de calidad, recordemos que el macrismo votó en contra de la ley de gratuidad de las universidades y que referentes importantes de Universidades Nacionales y del CONICET se preocuparon por un posible gobierno de Macri y se expresaron a favor de la candidatura de Daniel Scioli en la etapa previa al ballottage. Propuso un plan de Pobreza cero y en el mismo discurso señaló que esa meta es un horizonte a alcanzar, que se va a mantener la protección social aunque sin especificar cuáles serán las fuentes de financiamiento.
Asimismo, se expresó en contra de la corrupción, teniendo presente entre sus filas a Fernando Niembro. Por último, abogó por una justicia independiente expresando que se tiene que terminar con los jueces militantes. Sin mencionarla, se pretendió instalar la idea de que la jueza Gils Carbó es una militante kirchnerista y que es preciso removerla de su cargo. La propia jueza manifestó ante esta situación, en los días previos, que su cargo es vitalicio y que por ende no hay ninguna razón por la que deba renunciar. Gils Carbó expresó, por otra parte, que no es una militante del kirchnerismo y que incluso, en el año 2005, se enfrentó al por entonces presidente Néstor Kirchner oponiéndose a la fusión de Multicanal y Cablevisión que favorecía al grupo Clarín.
En cuanto al rumbo de la economía el presidente electo prefirió no ahondar demasiado en el tema. El nuevo ministro de economía Prat Gay, no obstante, efectuó algunas declaraciones ratificando la quita al Cepo cambiario en los próximos días y destacó que muchos países se mostraron entusiasmados por colaborar con la Argentina y ofrecer crédito. Señaló que los países del exterior ven con beneplácito el cambio que se produjo en la Argentina y que eso genera confianza. En una nota del diario La Nación del día 11/12 se confirman estas ideas. En la nota se plantea abiertamente que para lograr abrir el CEPO, es decir que los dólares fluyan libremente sin control estatal, es necesario primero contraer crédito. Según la nota, se estima que el gobierno “podrá captar en los próximos días cerca de 8000 millones de dólares de diferentes bancos internacionales”. Asimismo, se destaca que los holdouts, más conocidos como los fondos buitres no intervendrán en este tema y que ven con consentimiento la llegada del nuevo gobierno a la espera de poder negociar y empezar a cobrar. En este punto, considero que se centra la política económica de Mauricio Macri que tiene como eje la apertura económica, el fin del proteccionismo y el endeudamiento. El proyecto macrista es un proyecto que representa intereses internacionales tales como los del FMI, los buitres, los organismos de crédito, etc. Es funcional a esos intereses y no representa un proyecto que tenga en cuenta la economía, el empleo y la soberanía nacional. El bailecito y el karaoke en el balcón de Perón quedan en lo anecdótico.
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