17/06/2014
Sección: 
Julio Carabajal Por Julio Carabajal

Nuevos aires, temples conocidos

Hace pocos días le dijeron al intendente  Gustavo Barrera: “Mire Barrera su imagen crece durante la semana y baja los primeros días dela semana siguiente. Sabe por qué?  Por la foto junto al ex intendente Rodríguez Erneta”. El jefe comunal acuso el impacto de la pregunta y respondió que esta era otra etapa y que desde este lugar de intendente “vamos a intentar sacar adelante a Villa Gesell”

Desde la partida sin gloria de Jorge Rodríguez Erneta  de la intendencia de Villa Gesell la comunidad respira de otra forma, otro aire diría. El ex jefe comunal se fue en soledad, sus soldados más allegados lo despidieron, solo tres de ellos estaban presentes en la toma del cargo como Subsecretario de Interior. El pueblo,  no salió a despedirlo,  no se escucharon aplausos,  no hubo palmadas en la espalda. Los que lo defienden ensayaron como argumento que desde este lugar traería nuevas inversiones a la ciudad y gestionaría recursos para terminar las obras inconclusas. Fantasía o realismo mágico sin la pluma del genial colombiano.

Quien podía creer en semejante concepto cuando las obras  son verdaderos monumentos a la falta de compromiso con la comunidad y a la “palabra empeñada”.

Sin embargo Erneta no gobernó solo. Tuvo equipo que acompañó las medidas, que se calló la boca cuando fue testigo de actos sospechados de corrupción  y los avaló. Tuvo concejales, como Gustavo Barrera que votó algunas medidas que rozaron el autoritarismo.

El análisis de los oferentes a las licitaciones privadas pasaron por distintas dependencias municipales,  hubo dictámenes que las avalaron y nadie preguntó nada y mucho menos denunció estas tropelías. De los que quedaron ninguno puede decir que desconocía estos métodos.

Quizás una explicación podría ser esta: el poder que ejercía Erneta era virreinal, déspota. Obligaba a cumplir  sus órdenes, era el jefe que decidía y “cortaba  el bacalao” con energía y presión. Puede ser. Es admisible. El ser humano es débil y por dinero y poder se doblega, deja trozos de dignidad en el camino.

Con el paso del tiempo la influencia de Erneta se disipará  y su poder se debilitará. Muchos intuyen que el cargo que ocupó no es de gran relevancia y si Florencio Randazzo no es elegido presidente en el 2015 será el fin de su alocada carrera política.  Entonces por qué se fue Erneta de Villa Gesell?  Podría haberse quedado en su cargo y posponer su designación. De esa manera perdía poder pero conservaba caja, él decidió irse, nadie lo obligó. Eso de que “me obligan a renunciar” es una falacia para lampiños. Solo el ex - jefe comunal tiene la respuesta aunque está condicionada por la justicia.  

El tiempo esmerila el poder  y la renuncia lo codena al olvido, pero también esquiva la justicia.

En esta nueva etapa con Gustavo Barrera a la cabeza  se fue Osvaldo Tavarone, el segundo hombre fuerte de la “Gestión”, se fue Daniel Algarin, un incondicional del ex – intendente, el fantasmal Brandolino, y algunos cambios en aéreas sensibles. Pero la mayoría continúa.

No hubo más cambios. Los que obedecían a Erneta hoy se obedecen a Barrera. Todos quieren conservar esa cuota de poder y el salario. Es esa la lealtad que distingue una forma de gobernar. Son fusibles asalariados y adaptables al escenario que se plantea y a los intereses que administran.

Barrera dice que no quiere ser candidato en el 2015, pero si hace las cosas bien,  diferentes a su antecesor, termina lo que falta, dialoga y cuida el  dinero público, será candidato con posibilidades, de lo contrario se vienen ocho años de Frente Amplio y se acabó el salario y el poder y la fiesta también. 

Se respira aire  limpio en la ciudad. No hay presiones,  los concejales votaron con criterio propio, los oficialistas digo, mientras que  los opositores viven una primavera democrática  sienten que la democracia volvió a reinar en  la comunidad.  Los que se quedaron dicen que la palabra “gestión no le gusta, prefieren estado municipal”,  hubiera sido mejor decírselo al “oso”.  Radio Impacto, la emisora que recepcionó las críticas y abrió su mensajero a la comunidad,  hoy comienza su programación  con un noticiero municipal.  No cabe duda son  signos del nuevo escenario.

Sin embargo hay algo que es indirigible que es la actitud de los  funcionarios que parecen no tener pasado. Da la impresión que absorbieron una nueva personalidad política una vez que se fue Erneta. La memoria debería estar  vigente, nadie  se olvida tan rápido quiénes  y cómo gobernaron hasta hace pocos meses. Erneta se fue hace poco y sus huellas todavía están frescas.             

 

    

    

     

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