Pablo Bressi es ex integrante del Grupo Halcón que negoció en la masacre de Ramallo y luego superintendente de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas bonaerense. “Pablo Bressi es un tipo puesto por la embajada norteamericana” sostuvo Marcelo Saín, diputado provincial mandato cumplido de Nuevo Encuentro y creador de la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
El viernes Bressi fue elegido Superintendente de la Policía Bonaerense por la gobernadora Vidal y el Ministro de Seguridad, Cristian Ritondo a un día de asumir en sus mandatos.
El nuevo jefe de la bonaerense declaró ante la prensa que el eje principal será la lucha contra el narcotráfico
María Eugenia Vidal anunció que el próximo martes lanzará el Operativo Sol de verano en Villa Gesell entre otras ciudades turística de la provincia de Buenos Aires y señaló que girará a la Legislatura el proyecto de ley que declara la emergencia en Seguridad durante un año.
Marcelo Sain en Radio Cooperativa sostuvo que la designación de Bressi gira entorno de la embajada de Estados Unidos y explicó que el nuevo jefe policial está formado por la DEA (Drug Enforcement Administration). "La DEA tiene un cometido de carácter internacional (...) Lo prioritario para nosotros debería ser la política de control de drogas del mercado interno" señaló Sain y agregó "a mi me importa más un kilo de cocaina que viene de Bolivia, entra aca y es distribuido por redes protegidas policialmente que 30 kilos de cocaína que pasa derecho para Europa."
El nombre Pablo Bressi empezó a aparecer en los medios de comunicación en 1999, cuando se produjo la Masacre de Ramallo. En ese entonces, el policía formaba parte del Grupo Halcón y fue uno de los encargados de negociar con los delincuentes la liberación de los rehenes de lo que parecía el asalto al Banco Nación de la localidad de Villa Ramallo. El 17 de septiembre, tres ladrones, con la complicidad de la Policía –tal cual se demostró luego en el juicio–, quisieron llevarse 300 mil pesos de la sucursal, pero una llamada alertó a la Policía, que tuvo que acudir. El episodio terminó con dos centenares de uniformados de la Bonaerense abriendo fuego sobre un auto que intentó salir del lugar, asesinando a dos de los delincuentes y a dos rehenes: el gerente y un contador. Después de ese hecho siguió como superintendente de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas bonaerense.
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