Blindaje mediático, seducción o ahogo financiero según el caso a medios opositores y dirigentes, remoción de jueces y finalmente represión del descontento social, herramientas de los gobiernos de derecha que impulsan políticas neoliberales. El gobierno de Mauricio Macri llegó al último de los estadíos. El escenario futuro se advierte complejo y violento con una sociedad que se divide cada vez más, lejos de achicar la grieta como dijo el gobierno era su intención.
Cuando los docentes ya habían levantado el paro y este lunes volverían (vuelven hasta el momento de este artículo) a las aulas, sin resignar su reclamo y buscando vías alternátivas y válidas de respuesta, el gobierno inentendiblemente desde lo estratégico, reprime en la noche del domingo con un argumento burócratico a quienes intentaban otra forma de protesta.
La única explicación surge del adn autoritario de todo gobierno de derecha, que intenta aplicar políticas económicas y sociales ajenas a los intereses de las mayorías populares y asume el poder con la plena intención de fortalecer a los sectores más privilegiados de la sociedad, a los que en vuelven a ganar con cada medida y los que poco piensan en otra cosa que no sea en ganar dinero a cualquier costo.
Con un fuerte blindaje mediático anterior incluso a llegar al gobierno, con el uso de la billetera, comprando voluntades o ahogando a los que no se someten, sean estos gobernantes de provincias, de municipios, periodístas, medios, sindicatos y con el uso de la fuerza cuando invevitablemente la protesta gana la calle, Mauricio Macri primero desde Cambiemos y ahora desde el gobierno, sustenta su poder.
Las experiencias de este tipo han terminado casi siempre mal, el pueblo paga las consecuencias pero los que las desarrollan no quedan ajenos a las consecuencias negativas.
Tampoco han sido ajenos a este tipo de aprietes los jueces que han fallado contra las medidas del gobierno que llegaron a la justicia, como el aumento de las tarifas, la paritaria docente ahora y otros ejemplos que ya se han mecionado en distintos artículos de este portal de noticias.
Lo que ahora preocupa más que nunca es el futuro. Se muestra incierto desde lo económico, con la producción en caída, el empleo que no se recupera pese a los números que el gobierno muestra y no puede sostener y una inflación cada vez menos controlable.
A ese escenario hay que sumar ahora, la decisión del gobierno de reprimir la protesta social. El malestar de gran parte de la población no se va a acallar con palos y gases, un cambio de rumbo por el momento impensado sería lo mejor, pero el enceguecimiento del gobierno, agrandado no empoderado con la marcha del 1A, es por ahora, un obstáculo insalvable.
Mauricio Macri a elegido la confrontación y la imposición, diversos sectores sociales dicen lo contrario, buscan lo contrario, un desenlace poco felíz se cierne sobre la sociedad argentina de hoy, que solo la cordura puede evitar. Esperemos que así sea.
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