El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimó que sin las transferencias económicas del Gobierno a los hogares, los números de pobreza e indigencia hubieran ascendido a 53,1 y 27,9 por ciento, respectivamente.
Hay distintas formas de medir la pobreza. La oficial, que cuenta con más consensos a nivel internacional, es hacerlo por nivel de ingresos. De acuerdo a esta medición, la población bajo la línea de pobreza aumentó de 40,8 a 44,2 por ciento y los indigentes pasaron de 8,9 a 10,1 por ciento entre julio y octubre de 2019 y 2020. Desde el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimaron que sin las transferencias económicas del gobierno a los hogares, los números ascenderían a 53,1 y 27,9 por ciento, respectivamente.
Sin embargo, la medición de pobreza incluye otro tipo de privaciones que van más allá de las monetarias de los ingresos del hogar: entre 2018 y 2019 la población que registra una pobreza estructural multidimensional (en ingresos y en tres o más carencias), aumentó de 21,4 a 27,3 por ciento. "Desde la UCA respetamos y reconocemos que el dato oficial de pobreza es el Indec, pero creemos que la medición de la pobreza por ingreso es necesaria pero insuficiente para evaluar las pobrezas estructurales que tiene la población y los hogares del país", señala Agustín Salvio, el director del Observatorio durante la presentación del informe, y agrega que hay distintas dimensiones que difícilmente pueden ser identificadas por el nivel de ingresos y la UCA intenta abordar.
Todos los derechos compartidos