En el ocaso de su carrera política, Baldo se transformó en un denunciador serial

La desaparición del ex intendente Luis Baldo de la policía geselina es inminente. La dura derrota electoral del 2019 y la incapacidad a la hora de conducir el grupo de concejales, ante un bloque que está a punto de desmembrarse, llevan al presidente de Juntos por el Cambio al retiro. Pero, por lo visto, no tiene pensado hacerlo sin antes erupcionar la arena política local.

Luis Baldo desde fines del año pasado a tomado un perfil “agresivo”, a raíz de haber quedado desdibujado durante todo el 2020 y fuera de la agenda política producto de la pandemia y el papel preponderante que tuvieron los ejecutivos nacional, provincial y sobre todo local.

Baldo tomó el camino que había intentó evitar durante todos los años que tuvo aspiraciones políticas: denunciador serial. En los pasillos políticos lo tildan del “Lilita Carrio de Gesell”. Es que, en menos de tres meses, ha hecho denuncias y ampliaciones en la justicia; y otras presentaciones similares en el ámbito político.

Vale solo repasar algunas: Denuncia Penal sobre el proyecto del Código de Ordenamiento Urbano, algo que después le permitió también interferir en el tratamiento del expediente. Denuncia penal a la presidenta del Concejo Deliberante por entender que no daba lugar a una sesión extraordinaria que se había solicitado (finalmente la sesión fue convocada). 

Pero también, el “lilita” busca escandalizar el concejo deliberante con sus denuncias. Para ello, ha impulsado la creación de una comisión investigadora para el Código de Ordenamiento Urbano (mismo tema por el que presentó la denuncia penal) y el pedido de Interpelación a la secretaria de Salud. 

De esta manera, y con todo el año por delante, parece que Luis Baldo eligió retirarse de la política dejando su marca: un bloque de concejales desquebrajado y un perfil de denunciador sistemático que le termina quitando la poca credibilidad que le queda en la sociedad geselina.