El gobierno nacional, liderado por Javier Milei, presentó el nuevo Plan Nuclear Argentino, generando polémica por la falta de avances concretos y decisiones que parecen priorizar la especulación sobre el desarrollo científico. Mientras anuncia la construcción de un reactor modular desde cero, paraliza el Carem, un proyecto nacional con un 70% de avance, y ajusta los salarios de los profesionales que sostienen el sector.
Especialistas advierten sobre las contradicciones del plan. Adriana Serquis, ex titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica, cuestionó que “es solo un anuncio rimbombante” que puede debilitar las capacidades locales construidas durante décadas. Nicolás Malinovsky, ingeniero especialista, lo denominó “El no plan nuclear”, señalando que la iniciativa carece de detalles claros y amenaza con extranjerizar un sector clave para el país.
Mientras otras naciones fortalecen su desarrollo nuclear con inversiones sostenidas y articulación estatal, el camino propuesto en Argentina genera incertidumbre. Aunque el gobierno destaca a los científicos nacionales, los recortes salariales y la falta de planificación a largo plazo parecen contradecir su discurso, amenazando con desmantelar un sistema científico que, hasta ahora, ha sido orgullo y motor del progreso nacional.
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