Nicolás Vetromile, delegado de ATE en el INCAA, explicó que la situación en el organismo encargado del cine argentino es crítica, ya que los contratos se renovaron de manera mensual en lugar de trimestral. En el último período, más de la mitad del personal de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC) fue despedido, y algunos de estos despidos se originaron allí mismo. Vetromile detalló que no solo se afectó a la planta no permanente, sino también a la permanente, la cual fue puesta a disponibilidad y espera la liquidación final y un resarcimiento por sus años de servicio en el Estado.
La situación refleja una profunda crisis en el INCAA, con despidos masivos que amenazan la continuidad de importantes proyectos cinematográficos. La incertidumbre y el temor se han apoderado de los trabajadores, quienes ven cómo sus años de dedicación y esfuerzo en el cine argentino se desvanecen ante esta oleada de despidos. La comunidad cinematográfica y los trabajadores del INCAA enfrentan un futuro incierto, marcado por la inseguridad laboral y la preocupación por el destino de la industria cinematográfica nacional.
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