El gobierno de Javier Milei continúa con la reestructuración de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación (SDH), lo que ha desatado un fuerte rechazo en organismos y gremios. Más de 600 despidos en el organismo afectarían a miles de familias y pondrían en riesgo el funcionamiento de los espacios de memoria. Este viernes a las 17 horas, se convocó un "abrazo simbólico" al Espacio Memoria y Derechos Humanos, ubicado en la exESMA, para denunciar lo que consideran una acción "inhumana" del gobierno. Taty Almeida, presidenta de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, instó a los asistentes a participar con pañuelos blancos, como símbolo de resistencia y justicia.
Desde el Ministerio de Justicia, a cargo de Mariano Cúneo Libarona, se ha propuesto un plan de retiros que afectaría a más de 2200 trabajadores contratados, quienes enfrentan la amenaza de despidos sin indemnización si no aceptan el retiro voluntario. A pesar de la creciente presión, Alberto Baños, secretario de la SDH, permanece en silencio sobre la situación. Trabajadores y referentes sindicales denuncian que los despidos, junto con la falta de políticas claras en derechos humanos, están desmantelando la SDH y sus tareas fundamentales de conservación, preservación y educación en los sitios de memoria.
La medida ha generado una ola de solidaridades entre organismos de derechos humanos, que rechazan el desmantelamiento de la SDH como un ataque directo a la memoria, la verdad y la justicia. Más de 50 espacios de memoria y organizaciones, como H.I.J.O.S, ya han expresado su repudio. A su vez, el desmantelamiento es visto como parte de una estrategia que busca avanzar con el negacionismo y la impunidad, especialmente en un contexto en que algunas figuras del gobierno han mostrado posturas cercanas a la apología del terrorismo de Estado. La movilización de este viernes busca detener este avance y reafirmar el compromiso con la defensa de los derechos humanos en Argentina.
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