El actual intendente Gustavo Barrera obtuvo una contundente victoria ante su rival en la interna partidaria Roberto Taboada hijo y ante Jorge Martínez Salas, candidato de “Cambiemos”
Se fueron las P.A.S.O y dejaron algunas sorpresas para analizar y otras alternativas que llamaron la atención. Dejaron también algún ejemplo y una posibilidad de hacer una autocrítica que se utilice para “cambiar” estrategias y suavizar la soberbia.
Según datos provisorios Barrera obtuvo 5184 votos contra los 487 de Roberto Taboada. Jorge Martínez Salas sumo 3253 y quedó lejos de sus competidores Gerardo Galli con 463 y Miguel Cisneros con 481. En la tercera interna el abogado Atilio Roncoroni contabilizó 1199 votos y quedó muy lejos de Marcelo Vendramin quien alcanzo la ínfima cifra de 288 votos.
Más allá del resultado la instancia electoral de Villa Gesell expuso una serie de acciones previas a las elecciones que deberían ser analizados sesudamente.
El método de la prensa única fue un fracaso. La secuencia diaria con la exposición “exclusiva” de la dialéctica del precandidato Jorge Martínez Salas agotó. Era lo más parecido a las Cadenas Nacionales de Cristina. La denuncia como método electoral habrá que repensarlo. Fue insistente y casi siempre terminaba victimizando al intendente.
Por otro lado, se cayó el mito político que indicaba que el bloque radical había “liberado” a la ciudad de su anterior intendente, Jorge Rodríguez Erneta. Este resultado indicó que esta “liberación” fue un error político ya que el ex - jefe comunal era el rival más potable para Martínez Salas porque generaba un escenario adverso para el Frente Para La Victoria ya que la gestión se caracterizó por corrupción, obras sin terminar y soberbia extrema. Con el ex –intendente Martínez Salas supo acumular su mejor desempeño político porque se postulaba como una garantía de transparencia y de honestidad. Pero llegó Gustavo Barrera quien desde el mismo núcleo del poder transformó la municipalidad primero y luego la ciudad. Barrera cambió la forma de hacer política en Villa Gesell. Se sacó de encima a los corruptos y aprovechadores, priorizó un sector de la población que estuvo olvidado por gestiones anteriores y allí radicó su gestión. No tuvo reparos en plantear la ley de hábitat y escuchar a los barrios informales en su reclamo y sus necesidades. Nunca antes un intendente demostró interés en este sector de la comunidad que estaba invisible.
Quedó claro que Salas no llegó con su mensaje a la gente, produjo rechazo. Tuvo posturas encontradas con los beneficiaros del Programa Procrear para imponer su propio proyecto denominado “Mi lote” cuando el debate era otro. Esto trascendió a estos beneficiarios y dejó una lectura negativa para la comunidad. Creció un sentimiento de desconfianza y clasista ante una necesidad social excluyente.
En la interna del Frente Para La Victoria la actuación de Roberto Taboada tiene un sólo calificativo sin apelaciones: Fracaso. Su actuación fue deplorable. Llegar al Ministerio de Planificación para denunciar el traslado de los fondos para la obra de Repotenciación Energética del Banco Nación al Provincia fue un acto vil, digno de la peor condición humana.
Gustavo Barrera cambió la forma de militar, modificó la forma de hacer política en la ciudad. Se refugió en sectores de la ciudad que no eran escuchados, desestimó el aparato partidario, no respondió a las descalificaciones, ni los insultos, tampoco a las subestimaciones. No alzó la voz, no perdió la tranquilidad, mantuvo su convicción. Hoy con este resultado Barrera se convirtió en un líder de su sector político. Estuvo cerca de igualar el resultado de Erneta en el 2007. Le ganó a los adversarios propios, a los internos, a los externos, a los detractores, a la prensa mal intencionada y se ganó a la comunidad que confió en él y tiene esperanza de que Villa Gesell crezca con inclusión y sentido social.
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