El reciente anuncio del PAMI sobre la limitación en la entrega de medicamentos gratuitos generó malestar entre jubilados y pensionados, quienes ahora deberán cumplir requisitos más estrictos para acceder al beneficio. La medida, que afecta a quienes perciben ingresos superiores a $388.500 mensuales, ha sido calificada como un retroceso en la protección social de los adultos mayores.
A pesar de que el PAMI asegura que seguirá garantizando la cobertura al 100% para quienes lo necesiten, los críticos señalan que los nuevos criterios excluyen a muchos jubilados que, aunque superen ligeramente el límite de ingresos, enfrentan altos costos médicos. Además, el trámite de inscripción impuesto, que requiere demostrar vulnerabilidad económica, ha sido cuestionado por su complejidad, especialmente para un sector de la población con acceso limitado a herramientas digitales.
"Estamos eliminando barreras, no medicamentos", afirmó el director del PAMI, Esteban Leguizamo, al justificar la medida. Sin embargo, organizaciones de jubilados denuncian que el nuevo esquema restringe derechos adquiridos y complica aún más el acceso a tratamientos esenciales. "Es un ajuste encubierto que desatiende las necesidades de quienes más lo necesitan", señalan desde los sectores afectados.
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