El magnate prometió fiscalización, pero los intendentes de la UCR se resisten. El malestar en los asesores del diputado y la primera fractura en el bloque.
Aunque lo subestiman en el PRO, por la soledad que afrontaría en el ejercicio del poder, Javier Milei insiste que su política económica no se negocia. Ni la dolarización ni la clausura del Banco Central están en discusión. El pronunciamiento del candidato de ultraderecha desnuda el esfuerzo que tendrá que hacer para evitar que se resquebraje su fuerza política después el pacto que selló con Mauricio Macri. Esa necesidad explica la ratificación de sus definiciones económicas. Su desenlace es incierto. Puede ser el germen de una disputa crucial para el futuro del pacto, ante la conducción de un eventual gobierno. O se trata de un ardid comunicacional que busca ocultar las concesiones al expresidente, algunas inaceptables para el núcleo duro que lo acompañó hasta ahora.
Si tiene que elegir entre esa base intensa y la estructura que le ofrece Macri, el economista parece inclinarse por la segunda opción. Lo ideal para Milei, en el gobierno o la oposición, sería un partido amarillo sin Horacio Rodríguez Larreta, sin aliados desarrollistas y que no tenga sociedades con el radicalismo. Si es conducido por el expresidente, mejor, y sino por alguien que garantice la división que desnudó el pacto sellado horas después de la derrota de Patricia Bullrich en las generales.
Cuando comenzó a sentir el vértigo de llegar a la presidencia, Milei le reconoció a Macri su soledad. Sabe que su admirado aliado también fue empujado a su lado por el impacto de haber quedado fuera del balotaje. Bullrich vivió la derrota en carne propia, pero la centralidad la tiene Macri. Ella ahora juega un rol secundario, reforzado por sus errores no forzados y por la desconfianza que le prodiga el entorno de Milei. Sin el magnate no habría habido reconciliación. Sólo fue posible después de dos intentos que Bullrich había rechazado y le había contado a sus socios de JxC. Los dirigentes que la habían escuchado ahora no pueden creer que «ni siquiera se haya tomado 48 horas de llanto y luto» para concretar la alianza con Milei.
Hasta diciembre el PRO seguirá conducido por la excandidata y por el vice del partido, el diputado Federico Angelini. Desde hace diez días son dos de los ejecutores del acuerdo. Su aplicación tiene aspectos centrales: reorganizar la fiscalización y reorientar la campaña, donde la supervisión corre por cuenta de Macri. Milei ya tomó una decisión que refleja el peso del magnate: hará el cierre en Córdoba y atenderá a una de las críticas del expresidente, que le cuestiona el porteñocentrismo y le insiste que se concentre en la provincia mediterránea donde ya ganó en las PASO y en primera vuelta. Le auguran un 70% en tierra cordobesa, diez puntos más de los 60 que tuvo Macri en 2019, cuando perdió con Alberto Fernández a nivel nacional.
En cada provincia que Milei visite pondrá a prueba el pacto con Macri. Reiniciar el rodaje de los últimos 15 días antes de la segunda vuelta le permitirá al economista empujar las internas debajo de la alfombra. La más tensa se cocina dentro de su equipo económico y de algunos de sus principales asesores. El banquero y excandidato Juan Nápoli fue denunciado por la abogada Laura Vázquez. Ambos tuvieron una relación extramatrimonial y terminó con acusaciones de extorsión. Vázquez se defendió. Sostuvo que el banquero tiene vínculos con servicios de inteligencia. Dijo que los usó para Milei y que fue el responsable de difundir los audios donde se escuchaba a Carlos Melconian manteniendo conversaciones telefónicas donde ofrecía cargos por sexo. Nápoli negó la acusación y aseguró ser muy amigo de Melconian.
Las sospechas son el reflejo vivo de la guerra abierta que había entre Milei y su contrincante de JxC antes de las generales. El economista estaba convencido de una operación articulada en su contra por Bullrich. Si las sospechas sobre Nápoli se confirman, Milei habría buscado con uno de sus fieles un presunto contraataque.
El escándalo dejó en segundo plano la primera fractura oficial de La Libertad Avanza después del pacto con Macri. «Respetamos la decisión de nuestro candidato a presidente a formar un acuerdo con JxC, pero no podemos acompañar este cambio de rumbo sólo con fines electorales», se pudo leer en el comunicado que impulsó un grupo integrado por Ivana Arrascaeta, senadora nacional por San Luis, junto a tres diputados electos: el correntino Lisandro Almirón, el formoseño Gerardo González, y el bonaerense Pablo Ansaloni, ex dirigente del gremio UATRE y referente del Partido Fe. El comunicado incluyó a tres legisladores provinciales electos en Entre Ríos y siete parlamentarios del Mercosur.
La partida dejó sin iniciativa al equipo de Milei. Sus voceros sólo pudieron ampararse en algunos que se habrían despegado, como Almirón y González. Sin embargo nada pudo impedir la negativa de Ansaloni, que volverá a la Cámara Baja a partir del 10 de diciembre. En el recinto pudo construir una excelente relación con Sergio Massa, cuando el actual candidato presidencial era titular de la Cámara de Diputados. Desde aquellos años la mención del vínculo es algo que incomoda a Ansaloni, pero también al tigrense.
A los que plantearon la ruptura les queda un mes para tomar juramento y quizás para entonces el futuro bloque tenga menos integrantes que los 34 o 35 que quedaron luego del primer portazo. Ante el impacto del cisma, Macri volvió a llenar la soledad de Milei, pero a través de Cristian Ritondo, presidente del bloque del PRO en la Cámara Baja y uno de los convocados a la primera reunión posterior a la derrota de Bullrich. Ritondo aseguró que más de 30 integrantes de su bloque respaldaban la candidatura de Milei, en una primera muestra de la frágil unidad de JxC en Diputados.
Luego del impacto de los rupturistas, Milei presentó un proyecto sin mucho contenido pero orientado a mostrar en los papeles el amague que había hecho Ritondo. La iniciativa es una resolución para solicitar a las autoridades que «con todas las herramientas del sistema republicano» exija la inmediata aparición con vida y liberación» de los «aproximadamente 25» argentinos secuestrados por Hamás el 7 de octubre en territorio israelí. El pronunciamiento fue presentado este jueves poco antes de la Asamblea Legislativa que proclamó las dos fórmulas que competirán en la segunda vuelta. El texto no dice nada que la Cancillería no haya hecho, pero sirvió para mostrar la existencia de los 30 que mencionó Ritondo. En total fueron 31 y sumó a los diputados que dialogan con Macri. Además de Ritondo pusieron el gancho Angelini, Hernán Lombardi, Laura Rodriguez Machado, Fernando Iglesias, María Luján Rey y hasta María Eugenia Vidal. Se sumó el puntano Alejandro Cacace, que integra Evolución Radical y hubo un guiño anticipatorio de Florencio Randazzo, excandidato a vice de Juan Schiaretti y uno de los diputados del bloque Identidad Bonaerense que todavía tiene dos años de mandato por delante y que a partir del 10 de diciembre podría jugar un rol clave como interlocutor del bloque de LLA.
Milei nunca presentó un proyecto propio sino como coautor de otros. La declaración no tendrá trámite legislativo porque es inocua, pero muestra el respaldo de Randazzo, Ritondo y los diputados y diputadas que responden a Macri para sostener al nuevo aliado. Los demás integrantes de JxC se mantuvieron en silencio, pero no perdieron de vista que la proclamación de las dos fórmulas también significó la oficialización plena del escrutinio definitivo realizado por la Justicia Electoral, que concluyó sin impugnaciones de LLA. En el conteo provisorio, realizado por el Poder Ejecutivo, habían denunciado 1544 mesas sin votos para Milei, pero es la misma cifra sin sufragios que afectó a JxC y también a UxP. El planteo no sobrevivió en el definitivo y Milei no observó los datos finales, pero Guillermo Francos, nominado como ministro del Interior si ganan las elecciones, volvió a insistir con la idea del fraude, aunque no pudo sostener sus argumentaciones porque los cuestionamientos tienen que ver con los problemas de fiscalización de LLA en la primera vuelta y no con maniobras en el conteo. El mensaje de Francos confirma, tal como anticipó este diario hace dos semanas, que Milei no descarta victimizarse y denunciar fraude si los resultados son adversos para su candidatura. El tema está planteado y funciona como un reaseguro ante los problemas de fiscalización que Macri quiere resolver con el aporte de fiscales del PRO. El número es incierto porque dependerá de las filiales provinciales del macrismo que respalden el pacto. La mayor falencia es en la Provincia de Buenos Aires, donde LLA aguarda una desventaja que pretende equilibrar en Córdoba, Santa Fe y Mendoza. En esos distritos el respaldo no es unánime y se suma otro obstáculo: los intendentes de la UCR no quieren fiscalizar y lo mismo sucede con la Coalición Cívica.
En ambas fuerzas no salen de la sorpresa que les provocó Bullrich y las mentiras que le adjudican por haberles negado la existencia de la primera reunión con Milei cuando ya sabían extraoficialmente que estaba todo en desarrollo. «JxC fue el gran constructor de su propia derrota. En este proceso hacia la segunda vuelta no puede liderar porque perdió y porque licuó el capital simbólico en esta etapa», se lamentó un importante dirigente radical que aguarda el resultado del balotaje para definir si hacen «el esfuerzo de la unidad».
Todo dependerá del éxito o fracaso en las urnas del pacto con Milei. Si se impone podría necesitar mucho más que el respaldo ofrendado por Ritondo esta semana y aún así no le alcanzaría para alcanzar el quórum. Debajo de ese cálculo están agazapados los bloques del radicalismo y la CC. No olvidan la contorsión de Macri, tampoco perdonan a Bullrich y observan con cautela el estado asambleario del bloque del PRO ante la movida de Ritondo. No se plegarán a la aventura de Macri y se mostrarán distantes de Massa, pero sin perder de vista la señal que lanzó esta semana Gerardo Morales. El gobernador jujeño y titular de la UCR dijo que hará «todo lo posible» para que no gane Milei. Sonó como el llamado de la selva para los radicales. En Diputados saben que podrían ser determinantes y tan importantes como el rol que no quieren jugar en la fiscalización. Desde el 10 de diciembre tendrán margen de daño para posibilitar o impedir la agenda legislativa del próximo presidente, más allá de lo que quede de JxC. Por eso aguardan en silencio. Saben que después del 19 de noviembre puede quedar muy poco.. «
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