Con una multitudinaria convocatoria, la Plaza de Mayo fue epicentro de una jornada de protestas contra el gobierno de Javier Milei, organizada por las dos CTA, movimientos sociales, gremios combativos y organismos de derechos humanos. Bajo el lema de construir "un sujeto colectivo" para enfrentar las políticas libertarias, destacaron consignas contra la "bicicleta financiera" y el aumento de la indigencia. Referentes como Hugo Yasky y Hugo Godoy criticaron duramente el modelo económico que, afirmaron, "enriquece a los ricos mientras niega el pan a los trabajadores".
El evento también contó con la participación de sectores religiosos, como los curas villeros y comunidades evangélicas, que realizaron una oración ecuménica, y de reconocidos defensores de los derechos humanos, como Adolfo Pérez Esquivel y Taty Almeida. La diversidad de asistentes reflejó un mosaico de afectados por las políticas de ajuste: trabajadores estatales, docentes, jubilados, PyMEs, y cooperativas sociocomunitarias, entre otros. A pesar del temor generado por el despliegue policial, el acto transcurrió en un clima pacífico.
Desde el escenario, los referentes de las CTA señalaron que esta marcha es solo el inicio de una mayor movilización popular. Aunque destacaron la resistencia en las calles, también reconocieron la falta de una salida política articulada para enfrentar al gobierno. Con miras al futuro, los organizadores instaron a la construcción de una alternativa que permita consolidar la unidad en la lucha por "otra Argentina posible".
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