En la reciente presentación del Presupuesto 2025, Javier Milei convirtió el evento en un espectáculo político en lugar de ofrecer detalles sobre la ley en cuestión. A través de una cadena nacional, el presidente utilizó el escenario para atacar al kirchnerismo, su principal adversario en las próximas elecciones, y dejó a Mauricio Macri en un papel secundario. Milei se comprometió a vetar todos los proyectos que amenacen el equilibrio fiscal, aunque evitó mencionar temas sensibles como jubilaciones y presupuesto universitario. A pesar de los insultos y enfrentamientos con la oposición, su discurso no generó el impacto esperado.
Durante su intervención, Milei enfocó su discurso en el ajuste y el rechazo a lo público, utilizando términos como "déficit" y "Estado" en numerosas ocasiones, pero obviando palabras como "jubilados" y "trabajadores". La polarización con el kirchnerismo dominó su alocución, acusando a la expresidenta Cristina Kirchner de ser responsable de los problemas económicos del país. Esta estrategia de polarización fue vista por algunos aliados y observadores como un intento de dividir y debilitar a sus oponentes, especialmente al PRO y a la UCR.
El impacto mediático del discurso también fue menor al esperado, con un rating de televisión que cayó drásticamente durante la transmisión. Milei, acompañado por su hermana Karina y otros funcionarios, se dirigió a los gobernadores con una exigencia de ajuste adicional, mientras anunciaba recortes en el gasto público y posibles nuevas reducciones de empleados estatales. Al final, Milei advirtió a los legisladores sobre las consecuencias de no apoyar su agenda, instando a la ciudadanía a juzgarlos en base a su lealtad a su visión. La mayoría de los legisladores evitó dar declaraciones, apresurándose a salir del Congreso.
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