Hace algunos años, se le preguntó al ex presidente Carlos Menem porqué había hecho lo contrario a lo que prometió. Y él, muy suelto de cuerpo dijo, "es que si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie" Este señor fundió la industria nacional liberando las importaciones, vendio a precios irrisorios importantes empresas estatales, entregó gran parte de nuestro patrimonio, echó a miles de trabajadores estatales y llevó la desocupación al 25% entre otras calamidades. Lo curioso y alarmante es que hoy lo dicen abiertamente y no solo no son rechazados sino que tienen posibilidades de gobernar.
Qué pasó? Cómo pudimos retroceder tanto en la conciencia? Carlos Marx tomó de Hegel la dialéctica como forma de interpretar la realidad. Según ésta el mundo está en constante movimiento, en una lucha de opuestos que producen avances y retrocesos de ambos lados. Es decir, si la conciencia colectiva revolucionaria de los años setenta no hubiera sido derrotada por una sangrienta dictadura y la consiguiente colonización ideológica que llegó a su clímax con el neoliberalismo de Menem, hubiera seguido avanzando y hoy un Milei sería impensable. Fue necesario una dura derrota y un nuevo plan del Departamento de Estado yanqui para someter a nuestros pueblos. Así nació el Lawfare que es la asociación de servicios de inteligencia, periodistas, medios, fiscales y jueces para inventar causas y combatir a gobiernos populares. Los medios jugando en primera línea repitiendo a toda hora y en coro las "grandes causas"
Y siguiendo la dialéctica, lo que no avanza, retrocede, nada se queda quieto, todo tiene movimiento.
Retrocedimos tanto que una bestia desaforada que propone vender niños y órganos, entre otras barbaridades, que nos dice en la cara que la justicia social es una aberración y todo lo que ya sabemos…tiene serias posibilidades de ser presidente.
Está claro que la derecha trabaja arduamente para lograr la aceptación de una gran porción de nuestro pueblo de su propio sufrimiento. También es cierto que las esperanzas fueron defraudadas en gran medida y que la democracia por momentos parece una farsa, pero aceptar quedarnos sin moneda? Sin nuestras Malvinas? Que los padres puedan renunciar a la paternidad? Que liberen a los genocidas? Tanto nos hicieron retroceder? Estamos discutiendo cosas que hace muchos años ya hemos acordado no volver a discutir, por consenso general, por solidaridad, por un sano sentido común.
En esta elección, como nunca, se enfrenta el amor por el otro contra el egoísmo extremo, la protección del Estado contra la ley de la selva, los que queremos una patria para todos contra una para cuatro millones, la democracia contra el fascismo.
Pensarlo, por favor, pensalo.
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