La provincia de Buenos Aires protagoniza la madre de todas las internas, según el censo de 2010 contiene a más de 16,6 millones de habitantes en sus 135 partidos. A una semana de las PASO, el precandidato a vicegobernador de la provincia por el Frente para la Victoria, dialogó con Miradas al Sur.
Felipe Deslarmes | Martín Sabbatella, actual presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual de Argentina (Afsca), quien fuera intendente de Morón durante 10 años, el domingo próximo integrará la fórmula que disputará la candidatura a gobernador y vice de la provincia de Buenos Aires en las PASO por el Frente para la Victoria. Y aunque tiene sólo 45 años, no es la misma Argentina que descubría aquel militante de la Federación Juvenil Comunista que se incorporaba al Centro de Estudiantes de la Escuela Nacional Media Manuel Dorrego, ni el que asumía la secretaría del bloque parlamentario local del Frepaso, ni el que accedería luego como concejal presidiendo la Comisión Investigadora que desplazó por malversación de fondos públicos al entonces intendente Juan Carlos Rousselot.
“La provincia ha avanzado mucho, pero todavía queda mucho por hacer. Cuando era intendente, todas las noches me acostaba contento por lo hecho pero ansioso por todo lo que quedaba por hacer” revela el precandidato que acompaña en la fórmula al jefe de Gabinete del Gobienro Nacional, Aníbal Fernández. “Con Aníbal proponemos cuidar lo hecho y desde ahí avanzar, por lo que falta y por lo que hay que mejorar, corregir”, anticipa. Claramente posicionado a favor del proyecto nacional que conduce la Argentina desde hace 12 años, sostiene que “nuestra fórmula expresa la idea frentista del FpV, que expresa la unidad en la diversidad y la complementariedad, en línea con la fórmula presidencial de Scioli-Zanini”. Y entiende que integra un partido que propone un encuentro de tradiciones y culturas políticas. “Con Aníbal somos dos hombres del equipo de la Presidenta, y para mí es un gusto enorme compartir fórmula con quien compartimos la idea de que no nos da lo mismo si las cosas salen bien o salen mal; y ponemos el cuerpo en cada cosa que hacemos”.
–Como intendente se enfocó en dar transparencia y empoderar a los vecinos en un municipio que era eje de la corrupción bajo la gobernación de Rousselot. ¿Cree que puede replicar esa propuesta a toda la provincia?
–Por supuesto. Nuestros recorridos y nuestras historias, tanto de Aníbal como mía, aportan a un equipo de trabajo. Entonces recuperamos el rol de Estado y su capacidad operativa, recuperando la participación ciudadana y la confianza en la lucha contra la corrupción. Algo esencial para pensar el crecimiento con inclusión y con un fuerte compromiso social… Desde ya, esa experiencia es importante en vista a los nuevos desafíos en términos provinciales.
–¿Cuales serían las prioridades?
–Esta provincia es muy extensa y heterogénea. Pensamos un plan de desarrollo que dé cuenta de la complejidad de un territorio donde se genera casi el 40% del PBI de la Argentina, con zonas rurales importantísimas y zonas urbanas de enorme concentración de habitantes. Los cinco principales temas que exigen prioridades son: Seguridad, Salud, Educación, producción industrial y producción agropecuaria. Pero todo debe ser articulado con las variedades locales y regionales. Los gobiernos locales son la puerta de entrada a lo público. Queremos profundizar la democracia de proximidad. Y eso exige mucha interacción, tanto con los gobiernos locales como con los actores sociales, políticos y económicos locales desde una lógica de desarrollo con inclusión en una sociedad de derecho.
–¿Cuál debería ser el rol del Estado?
–En todos estos puntos, el Estado debe tener presencia como garante. Así, en Seguridad, hay que trabajar desde una perspectiva de seguridad democrática. Lo que implica una mirada integral del tema, entendiendo que para eso hay que construir una sociedad más justa, más igualitaria y con un fuerte compromiso con la conducción política civil de las fuerzas de seguridad. No se puede dejar ningún atisbo de autogobierno policial. La responsabilidad de la seguridad es del gobernador y del vice, que son el poder civil que conduce esa fuerza. Una fuerza que hoy tiene casi 90 mil efectivos con los que hay que trabajar para una mayor formación, preparación y capacitación. Y a la que, por supuesto, hay que aportar mayor logística, mayores recursos. Hay que trabajar en dos planos, por un lado abordar la inteligencia criminal para trabajar sobre el delito complejo, como lo es el narcotráfico, el secuestro, la trata. Y, por otro lado, hay que atender el problema del delito menor, el delito urbano, algo que se trabaja con mucha cercanía en el territorio para lo que es central la Policía de prevención. Estamos pensando en la conformación de una agencia específica de lucha contra el narcotráfico.
–¿Y en materia de Salud?
–También acá es importante la prevención. Se avanzó mucho con las Unidades de Pronta Atención (UPA) que priorizan la atención primaria y de emergencias en el territorio y permiten identificar niveles de complejidad, descomprimiendo los hospitales. Estas políticas sociosanitarias permiten anticiparnos y no sólo dar respuesta cuando ya te enfermaste.
–¿Y en materia de infraestructura?
–Aníbal fue claro: para avanzar en la producción industrial y agropecuaria es prioritario mejorar el tema puertos, energía e infraestructura de transporte, tanto en rutas como potenciar más los trenes que indiscutiblemente bajan los costos de traslados. Hay que duplicar los parques industriales donde, con una mirada asociativa, se comparte infraestructura y permite bajar los costos. Hay que arremangarse. Entrar mucho en contacto con la producción de cada lugar. Esa mirada local que permite identificar necesidades políticas para potenciar la producción. Ahí es donde más queremos un Estado presente, codo a codo, con los actores de ese lugar, por el crecimiento con inclusión social.
–Espinoza cuestionó su procedencia partidaria. ¿Cómo está su relación con el peronismo duro?
–Decidimos no contestar ese tipo de planteos porque degrada el debate, no suma y no sirve. Aníbal recurre a un viejo dicho español que dice que “si uno no quiere, dos no pelean”. No concebimos que en la política valga todo, que se pueda hacer cualquier cosa, que no haya límite… No comparto la idea de que porque haya un proceso electoral se puede decir cualquier cosa. Ni siquiera el que lo dijo lo cree. Nuestra fórmula expresa lo que el kirchnerismo logró en la Argentina, la posibilidad de construir una nueva identidad, un nuevo sentido de pertenencia que convoca a hombres y mujeres de distintas historias, tradiciones y culturas políticas en una propuesta común. Lo que algunos pretenden presentar como un problema, para nosotros es un valor. El FpV es un frente constituido por distintas fuerzas políticas, sociales y gremiales. Aníbal representa al Partido Justicialista y yo, a Nuevo Encuentro, que está constituido por hombres y mujeres que vienen del peronismo, del radicalismo, del socialismo, de la izquierda e independientes, de movimientos sociales y gremiales… por eso, no nos es ajena ninguna tradición popular de la Argentina.
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