La “emergencia” en materia ferroviaria ya era un hecho, pero el choque de trenes de la línea San Martín la expuso en carne viva y obligó al Gobierno a tener que dar explicaciones.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, intentó culpar por el accidente que casi termina en tragedia a la –siempre a mano– herencia de la gestión anterior, pero con el anuncio de este lunes de que se decretará la “emergencia ferroviaria” terminó por reconocer que el desfinanciamiento del sistema tocó fondo y puso en riesgo la vida de los pasajeros.
Según datos de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), la desinversión en las empresas ferroviarias llegó al 60 por ciento en términos reales en los primeros cuatro meses de la administración de Javier Milei. Ese recorte, sumado al plan de despidos –más de tres mil– que tiene en carpeta la gerencia de Trenes Argentinos (Sofse), dan cuenta de un desguace en curso que apunta a dejar el servicio a tiro de una privatización completa o del loteo, vía concesiones, de las distintas líneas que por ahora siguen en manos del Estado. Ambas posibilidades está abiertas en el capítulo de las privatizaciones de la ley ómnibus, que ya tuvo media sanción de Diputados
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