Opinion x Guillermo Cardozo
El resultado de las últimas PASO para el Frente de Todos arroja varias conclusiones posibles y algunas antagónicas, pero en lo que debemos coincidir todos es en la desconexión de nuestra dirigencia, salvó el honroso caso de Cristina, claro, con las bases del movimiento, con los militantes de las distintas organizaciones que día a día están codo a codo con sus vecinos o compañeros de trabajo y palpan la realidad sin intermediarios.
La razón de esto se encuentra en que la coalición gobernante funciona como tal solo en la superestructura, es decir en el gobierno. De ahí para abajo el Frente no existe. Su armado puramente electoral y superestructural impide la articulación con las bases y aleja a su dirigencia de las necesidades del pueblo. Si este frente tuviera una mesa nacional que elabore la política, mesas regionales, distritales y municipales que recojan las experiencias militantes de cada organización y lleven hacia arriba las inquietudes del pueblo, atendiendo los reclamos, asistiendo, escuchando y persuadiendo a las bases, se podría cambiar el rumbo económico, de ser necesario, mucho antes de una elección, sin necesidad de crear apatia y desinterés por la política.
Si bien el frentismo peronista siempre funcionó así, es momento de cambiar la forma organizativa si realmente se pretende ser más democráticos y sensibles a las necesidades. Deben constituirse estás mesas de dirección del FdeT en cada municipio para crear una logística no solo electoral, que también hace falta, sino de emergencias como en el caso del aislamiento por Covid19. Mucha gente, muchos compañeros valiosos quedaron a la buena de Dios durante ese tiempo por falta de asistencia estatal y política, muchos reclamaban desde las redes la falta de atención y no fueron escuchados.
Es hora de bajar los niveles de confrontación interna, egos y estrellatos y coordinar esfuerzos militantes de todas las organizaciones integrantes del Frente de Todos con reuniones de sus referentes por distrito o región o municipio con consulta y mandato de sus militantes. Solo de esta forma la voz de nuestra gente llegará hasta nuestros dirigentes, solo de esta forma no nos divorciamos del pueblo, que es la esencia de nuestra idea, la razón de hacer política.
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