El ministro de Economía, Luis Caputo, ha anunciado un incremento en las tarifas de luz y gas a partir de septiembre, con el objetivo de contrarrestar la reducción del Impuesto País. Las nuevas boletas serán entre un 4 y 6 por ciento más caras, lo que permitirá al gobierno compensar la disminución del impuesto a importaciones que Javier Milei facilitó a los empresarios. Esta medida forma parte de una estrategia más amplia para ajustar el gasto estatal y transferir el costo de la reducción impositiva a los consumidores a través de un aumento en las tarifas de los servicios públicos.
La decisión de eliminar parcialmente los subsidios a la energía busca cubrir el déficit fiscal generado por la reducción del Impuesto País, que pasó del 7,5 al 17,5 por ciento bajo la administración de Milei. Con la disminución del impuesto, el gobierno ha optado por trasladar el peso económico a los ciudadanos mediante el aumento de las tarifas. En los últimos meses, los costos de la luz han subido un 75 por ciento y el gas ha incrementado más del 500 por ciento, reflejando el impacto del ajuste fiscal en los hogares.
Además de este aumento en los servicios públicos, septiembre será testigo de una serie de subas en otros precios regulados. Los combustibles aumentarán un 3 por ciento, las tarifas de AYSA un 4,5 por ciento, las prepagas entre un 4,5 y 6 por ciento, y el boleto de colectivo en el Área Metropolitana de Buenos Aires se duplicará. Estos incrementos forman una oleada de aumentos que afectará gravemente el poder adquisitivo de los ciudadanos.
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